Las combinaciones de comida y vinos deben responder al gusto personal y, por supuesto, al sentido común de quien prepara la comida, pues de seguro conociendo los ingredientes de su elaboración, sabrá cuál es el vino más indicado.
Si de combinaciones se trata, la lista de platos y vinos puede ser infinita. Por ello presentamos aquí un principio básico que siempre resulta al momento de elegir el vino: el principio de Complemento; de lo contrario, es prácticamente imposible adjudicar un determinado vino a un plato específico, ya que todo puede variar de acuerdo al aliño, la cocción, las proporciones de cada ingrediente, etc.
En sabores
Si se prepara un plato con hongos, por ejemplo, pensar en un vino que tenga aromas de tierra húmeda, hongos o algún derivado de la tierra. Un plato frutal, en cambio, con salsa de naranja o ciruela, se complementa con vinos de alta frutosidad. Si es un plato de alta acidez, como un ceviche, se potencia con un vino de acidez semejante, como un Sauvignon Blanc joven.
En textura
También se puede complementar en texturas. Una salsa cremosa o la consistencia cremosa o carnosa de algunos mariscos se acompañan muy bien con un vino viscoso como un Chardonnay con guarda en madera, que de seguro aportará una nueva sensación al plato.
En peso
El cuerpo del vino también tiene que ver con el del plato. Si se trata de un plato liviano, se piensa en un vino de poco cuerpo; si el plato es substancioso, llenador y complejo, el vino debe ser de mayor cuerpo para que le haga “peso” a la comida.
En Chile se pueden enumerar los vinos, según su elaboración y cepa, desde los más livianos a los de mayor cuerpo o peso.
Vinos blancos (de menor a mayor peso):
– Riesling
– Sauvignon Blanc sin madera
– Chardonnay sin madera
– Sauvignon Blanc con madera
– Chardonnay con madera
Vinos tintos (de menor a mayor peso):
– Pinot Noir
– Merlot varietal
– Syrah
– Malbec
– Carmenere
– Cabernet Franc
– Cabernet Sauvignon varietal
– Merlot con madera
– Cabernet Sauvignon con madera
Dentro de este listado, se puede experimentar con el vino que está inmediatamente antes o después del recomendado y sacar conclusiones propias. Por ejemplo, si se recomienda un guiso de berenjenas con Merlot varietal, se puede probar también con un Pinot Noir o un Syrah.
Una excelente manera de potenciar tanto el plato como el vino seleccionado, es pensar en lo sobresaliente de cada uno.
* extracto del libro “Guía de Vinos de Chile 2005”.