Si queremos perder peso o mejorar nuestra salud, las “dietas milagrosas” están llenas de prohibiciones. Pero hay una dieta, o mejor dicho un estilo de vida, que cumple todas las consignas: nos permite estar en forma, disminuir el riesgo de varias enfermedades y sobre todo disfrutar sabores deliciosos. Los invito a conocer la dieta mediterránea con algunos ricos maridajes con vino, uno de sus importantes componentes.
En internet se pueden encontrar muchísimas dietas, la mayoría de ellas elimina o prohíbe una larga lista de productos. Lamentablemente, cuando uno termina este programa de alimentación, muchas veces los kilos vuelven y no se siente un cambio significativo en nuestra salud. Por el contrario, algunas dietas, como las basadas en proteína animal y muy pocos carbohidratos y verduras, pueden producir un daño importante a nuestro organismo.
Entonces, ¿para qué inventar nuevas dietas si todo parece estar inventado? En la gran piscina del mar Mediterráneo, especialmente en Cerdeña, Icaria y Creta, podemos encontrar el mayor porcentaje de habitantes de la tercera edad, incluso muchos que sobrepasan los 100 años, disfrutando una vida plena y llena de energía. Tradicionalmente la gente de los países mediterráneos es conocida por su buena salud. En sano cuerpo, sano espirito, decían en la Antigua Grecia.
Los médicos comenzaron mirar y examinar las costumbres dietéticas de estos países a partir del siglo pasado, pero la dieta mediterránea no consiguió un reconocimiento generalizado hasta los años 90. Lo que llamaba la atención de los científicos es que los habitantes del Mediterráneo consumen cantidades relativamente altas de grasa, pero tienen tasas mucho más bajas de enfermedades cardiovasculares que en países como Estados Unidos. El otro fenómeno paralelo es conocido como la paradoja francesa y se relaciona con consumo diario de vino tinto.
Entonces, ¿qué se come en el mundo mediterráneo? La base de esta dieta son los granos no refinados (pasta de trigo durum, arroz, bulgur, cuscús), verduras, frutas, aceitunas, legumbres, fruta seca, sal de mar, hierbas frescas y secas, y aceite de oliva. Con moderación, claro está, también está recomendado comer pescados, mariscos, huevos, aves, carne, quesos (especialmente de cabra y oveja), yogur y miel. Y el secreto: los productos procesados deben ser omitidos de la lista.
Uno de los pilares de la dieta mediterránea es que todo debe ser fresco, sin adictivos artificiales o preservantes, tal cual proviene de la naturaleza. Sus bebidas son agua, vino y tés herbales como de menta. Los dulces sanos y nutritivos de esta dieta están llenos de fruta seca y miel. Pero la lista de ingredientes no sería completa sin uno de los aspectos fundamentales de la vida mediterránea, como pasar el tiempo al aire libre, caminar mucho, nadar, sonreír, comer en compañía de la familia y amigos, disfrutar la vida.
En realidad, seguir la dieta mediterránea es “cambiar un chip” en nuestra cabeza y realmente vivir de un modo diferente. Estamos acostumbrados a correr, a estar siempre apurados, a comer cualquier cosa, mientras la dieta mediterránea dice: “¡para!, eres lo que comes…”. Entonces, se debe aprender a disfrutar de la comida, con calma y respeto, saboreando cada bocadillo. Los resultados pueden ser sorprendentes. Este estilo de vida mejora el sistema cardiovascular, aumenta el metabolismo, nos protege de varios tipos de cáncer, nos apoya en la prevención de diabetes y varias otras condiciones de salud. Sin duda, también influye en el bienestar del alma y la mente.
La dieta mediterránea está llena de colores que mueven todos nuestros sentidos. Me gustaría ahondar hoy día en platos inspirados en el mundo mediterráneo, que cumplen con la idea de una dieta saludable y sobre todo que son súper fáciles de preparar. Pueden comer rico cada día y disfrutar algunos maravillosos maridajes con vinos.
Uno de los platos más rápidos del mundo es la pasta. Naturalmente pueden amasar su propia pasta, pero si tienen poco tiempo pueden usar una de buena calidad comprada en el supermercado. Elijan su forma favorita y agreguen los ingredientes que tengan en casa. Por ejemplo, una rica ensalada de pasta con rúcula y tomates cherry va muy bien con Casillero del Diablo Sauvignon Blanc; spaghetti con salmón ahumado y alcaparras con Casillero del Diablo Chardonnay; y una rica ensalada caliente de pasta salteada con chalota y zapallo italiano con Casillero del Diablo Devil’s Collection White. Solo un consejo: si llevan su ensalada de pasta al trabajo, tengan la vinagreta de aceite de oliva y limón en un recipiente separado y aliñen su almuerzo a último momento.
También pueden preparar unas deliciosas ensaladas de legumbres, como una griega con pimientos rojos y queso tipo feta con Casillero del Diablo Rosé; y sopas, guisos, croquetas o pastas como Fáwa (un puré de lentejas, un poco de vinagre y cebolla fresca) con Casillero del Diablo Devil’s Collection Brut. No se olviden de acompañarlo con un trozo de pan o un bastón de apio si quieren profundizar todavía más en su dieta.
No podemos olvidar que la dieta mediterránea tiene sus raíces en la costa del mar. Lo más sano es preparar pescado cocido, ya sea al horno o a la parrilla. ¡Y evitar las frituras! Si compran un filete de atún solo tienen que sazonarlo con un poco de romero fresco, aceite de oliva, sal marina y dejarlo en la parrilla por un par de minutos por cada lado. Sírvanlo con rodajas de limón y un poco de Aalioli (una salsa conocida en Provenza y sur de España, preparada con ajo crudo y mayonesa casera). Para esta cena mediterránea sirvan Casillero del Diablo Shiraz. Sí, me escucharon bien. Un corte de atún con romero es casi como comerse una chuleta.

Pero si son admiradores del pescado blanco, piensen en un lenguado horneado con espárragos y un poco de salsa Pistou (una salsa parecida al pesto, en base de albahaca, ajo y aceite de oliva). Sírvanlo con Trio Sauvignon Blanc. Cuando no tengan mucho tiempo para inventar salsas o recetas, les recomiendo un pescado a la griega. El pescado es cocinado a la plancha y servido con una salsa de cebolla picada, ajo crudo y zanahoria rallada, cocinada en un sartén con una gota de oliva y sazonada con hoja de laurel y sal marina. Cuando las verduras estén cocidas, agreguen pasta de tomates y ¡listo! Solo les queda descorchar Trio Chardonnay.
Uno de mis lugares favoritos en el mundo mediterráneo es Sicilia con toda su abundante y compleja historia. De ahí proviene un delicioso plato que se llama Caponata. Les presento su receta y los invito a probarla con Trio Merlot. No solo disfrutarán de un plato de una gran riqueza culinaria y cultural, sino que además cuidarán su salud. ¿Qué más se puede pedir? Tan solo sonreírle a la vida.
Caponata
Ingredientes 2 personas
- 1 berenjena grande, cortada en cubos (una vez cortada espolvorear con sal marina fina)
- Media taza de aceite de oliva extra virgen
- 1 cebolla grande, picada
- 2 dientes de ajo
- 1/2 taza de apio picado
- 1 lata de tomates italianos en cubos
- 1/2 taza de aceitunas verdes, cortadas en mitades, longitudinalmente
- 4 cucharadas de alcaparras
- 1/4 taza de vinagre de vino tinto
- 2 cucharadas de azúcar morena
- Pimienta negra recién molida y sal marina fina a gusto
- Albahaca fresca picada
Preparación
- Colocar la berenjena en cubitos en un colador y mezclar bien con una pizca de sal. Dejar reposar la berenjena durante una hora. No enjuagar la berenjena. Precalentar el horno a 180 C.
- Poner la berenjena en una bandeja para hornear. Mezclar con 2 cucharadas de aceite de oliva y asar durante 25-30 minutos, o hasta que parezca un poco dorada y se haya reducido en tamaño.
- Mientras tanto, en una cacerola grande, saltear las cebollas picadas en 1/4 taza de aceite de oliva, suavemente, durante unos cinco minutos. Agregar el ajo y el apio y 2 cucharadas de agua y saltear por otros tres minutos.
- Agregar los tomates y cocinar a fuego lento durante unos cinco minutos. Agregar las aceitunas, las alcaparras, el vinagre y el azúcar y cocinar a fuego lento durante unos 10 minutos. Añadir la berenjena asada, revolver y cocinar a fuego lento durante otros cinco minutos.
- Dejar que se asiente y marine durante al menos una hora Mientras más tiempo es mejor. Pueden dejarlo en el mostrador o ponerlo en el refrigerador para más tarde.)
- Antes de servir, agregar una pizca de sal marina, un poco de pimienta fresca y un poco de aceite de oliva. Servir a temperatura ambiente o caliente con un poco de albahaca fresca picada y pan crujiente. Este plato, igual como la ratatouille, estará más sabroso al segundo o tercer día.