La “Ciudad Eterna”, como también se le conoce, es uno de los destinos más visitados por los turistas de todo el mundo que llegan atraídos por sus impresionantes monumentos y restos arqueológicos de la época Antigua. Pero también, por su cultura, su arte y su gastronomía, una de las más famosas del planeta.
Roma es simplemente deslumbrante. Con una historia de más de 2.500 años y siendo la cuna de la civilización occidental, no es de extrañar que caminar por sus calles se convierta en un viaje en el tiempo a sus épocas de máximo esplendor. Fue la capital del mundo y una de las ciudades más influyentes de la historia. Es difícil no emocionarse al visitar el imponente Coliseo e imaginar sus 500 años de gloria; o caminar por la Vía Sacra del Foro Romano donde pasaron renombrados emperadores como Julio Cesar; conocer el Vaticano, la Basílica de San Pedro y ver en vivo y en directo los frescos de Miguel Ángel; o simplemente sentarse en alguna Piazza a contemplar monumentos, Iglesias y fuentes, mientras se disfruta una auténtica pizza italiana.

Roma es literalmente un museo al aire libre en el que puedes apreciar miles de años de historia, arte y arquitectura. El monumento más impresionante de la ciudad es sin duda el Coliseo. Fue el anfiteatro más grande y más avanzado que el mundo antiguo había visto, incluso al día de hoy, sigue siendo una de las maravillas arquitectónicas de la historia. Construido alrededor del 70 d.C., funcionó durante 500 años presentando espectáculos de animales exóticos, representaciones de guerras y luchas de gladiadores, a una audiencia que podía llegar a las 70 mil personas. Al lado del Coliseo, el Foro Romano representaba el centro neurálgico de la antigua Roma. Fue donde se desarrolló la vida pública, cultural, y económica durante esa época. El Foro y el Coliseo son la mayor muestra de grandeza del Imperio Romano que se puede ver en la actualidad. De esta época de grandeza también es el Panteón, una imponente edificación dedicada a todos los dioses. Construido en el año 126 d.C., este monumento es la obra arquitectónica mejor conservada de la antigua Roma.
Roma además es el epicentro del mundo cristiano ya que alberga la Ciudad-Estado de El Vaticano. Al visitarlo podrás recorrer la Plaza de San Pedro con sus múltiples columnas; conocer la Basílica de San Pedro, y la Capilla Sixtina con su maravilloso altar y su techo abovedado decorado con impresionantes frescos de Miguel Ángel.
Otra parada obligatoria es la Piazza di Spagna, con su enorme escalinata de 135 peldaños y finalizada con la Fontana della Barcaccia. También vale la pena visitar el Castel Sant’Angelo y la Piazza del Popolo (plaza del pueblo).
En cada rincón y plaza de esta bella ciudad, uno se topa con bares y restaurantes que ofrecen los más exquisitos platos de la gastronomía italiana. Imposible resistirse a una de las cocinas más reconocidas del planeta. Su origen se encuentra en su historia y en su pasado romano, griego, árabe y africano, con alguna influencia de procedencia asiática. Una comida tradicional y al mismo tiempo muy sencilla. Si, porque si la comida mexicana se destaca por sus sabores únicos que nacen de la mezcla de varios ingredientes, la cocina Italia en cambio, se reconoce por lograr un plato exquisito con pocos ingredientes. Otra de sus características es la gran calidad de sus materias primas como sus quesos, jamones, carnes, masas, aceite, verduras y frutas.
En mi viaje por Roma probé muchísimos platos típicos, pero hay algunos que no se puedes dejar de probar en Italia. El primero es el Antipasto, que en italiano significa “antes del plato principal”. Como se trata de una variedad de quesos, embutidos y aceitunas para degustar y compartir, puede ser acompañado por el vino de la variedad tinta o blanca que más disfrute. Una buena opción es Trio, en su variedad Chardonnay o Merlot, según su preferencia.

La Pizza es otro plato que no se puede dejar de probar. Y en el restaurant que guste ya que en cualquier parte será exquisita. Si bien pueden ser de muchos tipos le recomiendo que pruebe la clásica con salsa de tomate y mozzarella, y acompañarla con Casillero Del Diablo Rosé.

La pasta, en cualquiera de sus formas y con la salsa que más le guste, será otro plato que no lo decepcionará. Un clásico es el espagueti a la boloñesa, y para maridarlo, una excelente opción es Marques De Casa Concha Carmenere, ya que es un vino que va muy bien con la pasta y las carnes rojas.

Tampoco dejes de probar el risotto acompañado de un Marques De Casa Concha Chardonnay, y de postre, un Tiramisú, junto a una copa de Concha y Toro Late Harvest. No se puede fallar al combinar una de las mejores cocinas del mundo con uno de los mejores vinos del mundo.
