Concha y Toro

Paola Peñafiel 13/09/2016

El vino chileno: 460 años de historia

El vino es parte de la cultura y de la historia de Chile, y su origen se remonta a la llegada de los primeros españoles. En el mes de la patria queremos recordar el florecimiento de esta industria que ha llegado a convertirse en una de las actividades económicas y comerciales más importantes del país.

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El vino es parte de la cultura y de la historia de Chile, y su origen se remonta a la llegada de los primeros españoles. En el mes de la patria queremos recordar el florecimiento de esta industria que ha llegado a convertirse en una de las actividades económicas y comerciales más importantes del país.

Solicitamos “vides y vinos para evangelizar Chile”. Este fue el requerimiento que Pedro de Valdivia le escribió al Rey Carlos V de España en una carta, el 4 de septiembre de 1545. Los conquistadores habían llegado hace unos años a nuestro país y el vino era fundamental para cumplir con la misión evangelizadora del pueblo nativo. Este hecho histórico sería el inicio de la industria vitivinícola y también, la fecha elegida 460 años después para definir el 4 de septiembre como Día Nacional del Vino Chileno.

Tras la carta, llegó un cargamento de vino del Perú y las primeras vides desde Europa. Pese a que las parras fueron plantadas en diversas áreas de la región, solo cuando llegaron a Chile encontraron esa conjunción perfecta entre clima y tierra para producir uvas dignas de convertirse en vino.

Cepa Pais - Maule
Uvas País, Valle del Maule

Durante los primeros años de la colonia, en los alrededores de Santiago se plantaron parrones y se producía vino principalmente de la cepa española País, siendo muchos de los grande personajes de la historia los primeros dueños de viñedos en el país. El gobernador Francisco de Aguirre, Juan de Jufré, Diego García, Rodrigo de Araya, Bartolomé Flores e Inés de Suárez, son algunos de ellos.

Las plantaciones de viñedos se fueron extendiendo por el territorio nacional desde Coquimbo hasta Concepción, no obstante, el sistema para el cultivo de la vid traído por los españoles y la tecnología en la producción del vino se mantuvo inalterable hasta mediados del siglo XIX.

Florecimiento de la industria vitivinícola

A partir de 1850 y por las siguientes décadas se generan los cambios necesarios para sentar las bases de la industria vitivinícola chilena moderna. Y esto, gracias a emprendedores y visionarios como Don Melchor Concha y Toro, que invirtieron fuertemente en tecnología, importación de cepas y modernización de sistemas de producción.

En el siglo XIX, familias chilenas adineradas viajaban a Europa trayendo costumbres, tendencias y también, parras viníferas, fomentando la plantación de variedades nobles francesas en los valles centrales como Maipo, Rapel y Aconcagua.

Por otra parte, la devastadora crisis que afectó Europa, debido a la plaga de la filoxera, destruyó viñedos en diversas regiones causando incluso la extinción de cepas emblemáticas. Esta lamentable situación benefició la industria vitivinícola nacional, ya que enólogos europeos emigraron al Nuevo Mundo contribuyendo a su florecimiento.

familia Don Melchor
Don Melchor Concha y Toro y su familia

El origen de Viña Concha y Toro ejemplifica este periodo. Fiel a su instinto y visión, Don Melchor se hizo asesorar por el viñatero francés Mr. Labouchere, quien se sorprendió con la calidad del suelo chileno. Convencido del potencial de Chile para la producción de vinos de excelente calidad, Don Melchor trajo de Francia las mejores cepas de Burdeos y se embarcó en una nueva aventura: fundó Viña Concha y Toro en 1883.

Hacia fines del siglo XIX el vino chileno adquirió mayor presencia y su producción aumentó considerablemente gracias a este nuevo empuje dado por chilenos visionarios, sumado al desarrollo de los sistemas de transporte y comercialización.

Posicionamiento y alcance global

En el siglo XX, mientras la industria vitivinícola chilena se desarrollaba y crecía, así también lo hacía Viña Concha y Toro, siendo pionera en muchos de los hitos importantes. En la década de los 70, la compañía entró con fuerza al mercado de las exportaciones siendo el primer vino chileno en llegar a varios mercados de los 5 continentes.

En los años 90, la industria vivió otro hito crucial: la cepa Carmenere fue redescubierta en el país luego de creerse extinta durante más de 100 años. Sólo en Chile se desarrolló y logró su máxima expresión gracias a las condiciones climáticas y de suelo, logrando convertirse, junto al Cabernet Sauvignon, en cepa emblemática del país.

Presencia Global

En estos últimos 30 años las viñas chilenas han apostado por posicionarse en el mundo y llegar a un consumidor global. Concha y Toro ha vivido un proceso de internacionalización abriendo nuevos mercados; adquiriendo viñedos propios para garantizar producción de vinos de calidad distintivos de cada origen; incorporando tecnologías de punta, y creando innovaciones enológicas para consumidores cada vez más exigentes.

La historia de Concha y Toro es la historia del vino chileno y de una empresa familiar que logró crecer y posicionarse, traspasando pasión y conocimientos de generación en generación. Hoy, los vinos chilenos son reconocidos a nivel global y están presentes en 147 países, mercados a los que ha llegado Viña Concha y Toro convirtiéndose en el principal productor y exportador de vino chileno en el mundo.