El Limarí ha destacado por ser el valle donde nacen grandes Chardonnay, donde la variedad encuentra un terroir perfecto para expresar su potencial. En los últimos años, además de esta cepa tradicional de la zona, el Pinot Noir ha surgido como un gran aliado que poco a poco ha ido situando a este origen no sólo como un productor de vinos blancos, sino también de tintos frescos de calidad superior.
Si pensamos en el Valle del Limarí hacia los años ’90, éste estaba plantado principalmente por cepas tintas como el Cabernet Sauvignon y el Merlot. El panorama actual de la zona se aleja del escenario de aquella época. Este lugar experimentó un giro hacia variedades como el Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Noir y Syrah, en la búsqueda de maximizar el potencial del valle.
Nunca hubo dudas de que el Chardonnay se daría muy bien en el Limarí, dadas las características tanto de su suelo y clima. Mirando lo que pasaba en el mundo, en las zonas donde se originan grandes vinos de esta variedad, el Pinot Noir aparecía como un buen compañero para esta cepa. La Borgoña, en Francia, era un fiel reflejo de esto, lo cual nos llevó a pensar hacia el 2006 que esta zona podría no ser la excepción.
Viña Concha y Toro comenzó la plantación del Pinot Noir hacia esos años y luego de las primeras cosechas pudimos comprobar efectivamente que en el Limarí se daba lo mismo que sucedía en esa zona vitivinícola francesa.
El Pinot Noir es una variedad delicada, que requiere condiciones frescas y humedad relativamente baja durante su madurez, la cual se ve muy favorecida con las arcillas y carbonatos de los suelos, condiciones naturales de Limarí. Su vinificación también es delicada, con maceraciones frías prefermentativas y maceraciones fermentativas cortas, tratando de realizar una extracción muy suave y respetuosa de los taninos de sus películas y pepas. Esto bien llevado, junto con la cosecha oportuna y la guarda cuidadosa del vino, produce un vino muy frutal, fresco y suave en boca. Es como si fuera un Chardonnay, pero vestido de tinto.
Así como los grandes Cabernet Sauvignon de Chile encuentran el terroir perfecto en el Valle del Maipo y el Carmenere, en Cachapoal; el Pinot Noir del Limarí ha comenzado a sobresalir y ser reconocido en los últimos años. En la medida en que sigamos aprendiendo de los viñedos y a su vez éstos de ellos mismos, esta variedad seguirá destacando y será tan conocida como lo son hoy los Chardonnay de este valle.