Concha y Toro

Ania Smolec 18/06/2015

Pomaire: un viaje al corazón de la cultura de Chile Central

Si quieren sentir el verdadero espíritu de Chile en un solo día, les invitamos a Pomaire. Allí podrán disfrutar algunas delicias de la gastronomía criolla.

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Si ustedes quieren sentir el verdadero espíritu de Chile en un solo día, les invitamos a Pomaire. Allí podrán pasear por las calles de un típico pueblo de origen colonial, conocer su artesanía tradicional en greda y, por supuesto, disfrutar algunas delicias de la gastronomía criolla.

En un país tan largo como Chile, que cruza distintas zonas climáticas, los paisajes y rostros de su gente son muy diversos. Es difícil encontrar un solo lugar que capture todo lo que significa nuestro país, pero les tengo buenas noticias. Muy cerca de Santiago, a sólo unos 50 kilómetros al poniente, existe un pueblo muy especial. Gracias a sus profundas tradiciones, que se han mantenido prácticamente intactas desde siglos, Pomaire expresa el alma chilena.

Este pueblo atrae miles de turistas durante todo el año. Si lo visita en verano, empaque anteojos de sol  y alguna crema con filtro en su mochila, mientras que en invierno es conveniente llevar siempre una buena chaqueta y ojalá impermeable por si llueve.. Recuerde que la costa del Pacifico se encuentra a sólo 50 kilómetros, por lo tanto algunos días puede sentir la neblina matinal o la fuerte brisa marina. Pero, si se olvidan de llevar algo para abrigarse ,, no se preocupen demasiado. Pomaire es famoso por sus tiendas con artesanía, donde pueden encontrar preciosas bufandas, chalecos y ponchos de lana.

El viaje a Pomaire desde Santiago dura aproximadamente una hora. Usted puede ir en auto o en bus, que sale todos los días desde el terminal San Borja, ubicado a la altura del Metro Estación Central en Santiago. La ruta más conveniente es tomar la llamada Autopista del Sol hasta el Km 50, y luego doblar a la derecha en el peaje de entrada a Pomaire.

Pomaire, hoy dependiente de la comuna de Melipilla, tiene un origen misterioso. Su nombre podría provenir del idioma kunza “pumarara” que significa “salteador”, o bien, del quechua “puma” y del aimara “ire” que indica plural. Pomaire puede también deber su nombre al Curaca Pomaire, quien en 1482 llega con un grupo de indígenas a una tierra plana y fértil ubicada al norte del actual Pomaire. Debido al crecimiento de la población, en 1583 la tribu se traslada a su actual emplazamiento, rodeado de cerros y con abundante materia prima para efectuar sus trabajos de alfarería.

La fama de Pomaire proviene de su artesanía. ¡Es un pueblo de alfareros! Su tradición acompaña a sus habitantes desde 1771, precisamente desde la misma fecha de su fundación. Las principales calles del pueblo, San Antonio y Roberto Bravo, están llenas de estas casas-tienda, que también son los talleres de los artesanos que crean sus piezas en trabajados tornos y venden artesanía en greda o arcilla. Es un verdadero espectáculo para sus cámaras.

Esta cerámica se caracteriza por su tonalidad rojiza y superficie lisa y brillante. Antiguamente, según la tradición diaguita, la greda era teñida con un tono negro con materias orgánicas. Luego era cocida en hornos de barro con temperaturas que van entre 600 °C a 800 °C. Esta técnica precolombina fue perfeccionada gracias a la posterior influencia de los incas, quienes eran verdaderos artistas de la alfarería.

costillar de cerdo

Hoy es posible encontrar diversas creaciones, tanto decorativas como utilitarias, entre ellas pequeñas figuritas de animales o representaciones religiosas, vasijas, pailas, adornos, ollas, fuentes y maceteros. Además usted también puede adquirir algunos muebles tradicionales hechos de madera o mimbre; flores, frutales, verduras de la temporada y, naturalmente, almorzar en alguno de sus pintorescos restaurantes, muchos de ellos con su tradicional piso de tierra y sus infaltables hornos de barro.

Pomaire ofrece los platos típicos de la cocina chilena, desde una simple pero sabrosa ensalada chilena de tomate y cebolla hasta pastel de choclo (un plato preparado con una pasta horneada de granos tiernos de choclo, sobre un pino de carne, huevo duro y aceitunas). Varios platos en Pomaire representan el lado más proteico de la comida chilena. Incluyen aves, cerdo y carne de vacuno. Usted puede probar, por ejemplo, una rica cazuela de ave o una plateada de vacuno con verduras o papas, junto a una copa de Casillero del Diablo Carmenere.

Les recomiendo poner atención a las recetas basadas en carne de cerdo o chancho, como dicen en el campo. Por ejemplo, un arrollado de lomo los conquistará por su jugosidad y ricas notas de especias tradicionales como cilantro, perejil y comino. Me gusta el arrollado frío, con una buena marraqueta como aperitivo. Aunque parezca una excentricidad, pruébenlo con un vino espumante como Casillero del Diablo Devil’s Collection Brut. ¡Quedarán sorprendidos!

empanada pomaire

Después ustedes pueden pedir un plato caliente, como un cordero asado en horno de barro con una copa de Casillero del Diablo Shiraz o unas ricas costillas de cerdo preparadas lentamente en una fuente de greda. Para este plato les recomiendo  un frutoso Casillero del Diablo Malbec.

Pero la atracción culinaria de Pomaire es la empanada. Esta fina y elástica masa puede envolver numerosos sabores, pero en Pomaire su relleno es más bien clásico: carne picada, cebolla de guarda muy fina, huevo y pasas para endulzar la vida. La gracia de la empanada de Pomaire también está en su tamaño. Aquí pueden encontrar empanadas incluso de un kilo de peso. ¡Imagínense qué grandes! En 1995 los pomairinos lograron un récord Guinness, haciendo la empanada más grande del mundo. Para un clásico como la empanada chilena no hay mejor vino que otro gran clásico: Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon.

Después del paseo por sus acogedoras calles, visitas a tiendas, compras y una rica y abundante comida, sólo les falta un detalle para que su experiencia en Pomaire sea total: un toque dulce. En Pomaire ustedes van a encontrar algunas delicias de Valle Central, como alfajores y cuchuflíes rellenos con dulce de leche. Ahora ya están listos para volver a casa con su mochila llena de inolvidables recuerdos y sabores.