Concha y Toro

Ania Smolec 09/07/2015

Súper Alimentos, parte 2: lácteos

Siga leyendo y encontrará algunas ricas ideas y maridajes con vinos.

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Los productos o alimentos de origen lácteo o elaborados en base a leche, despiertan opiniones encontradas: algunos los critican debido a la lactosa, otros simplemente los adoran. Lo que sí está claro es que se trata de súper alimentos, como yogur o queso, que usted puede consumirlos solos o usarlos para cocinar platos deliciosos, modernos y sanos. Siga leyendo y encontrará algunas ricas ideas y maridajes con vinos.

A las personas que quieren bajar de peso siempre les recomiendan un yogur natural como desayuno o snack a mediodía. El yogur natural sin azúcar tiene pocas calorías, pero además contiene probióticos que son muy importantes para una buena digestión e inmunidad. Recuerde: es fundamental leer la etiqueta del yogur industrial y fijarse que no contenga azúcar, endulzante y almidón. Un yogur verdadero, preparado en forma natural, es también una rica fuente de calcio, tan importante para la salud de nuestros huesos.

productos lácteosCon yogur usted puede crear muchísimas recetas de postres, sopas y salsas. Es un excelente substituto de la crema, que contiene mucho más materia grasa. Algunos de los más sabrosos dips están hechos con yogur, como el famoso tzatziki (yogur con ajo, pepino fresco y a veces menta). Este dip usted puede servirlo con ensaladas o carnes. Pruebe con una costilla o entraña salpimentada y agregue este dip en su plato. Es un maridaje muy sabroso. Y todavía más cuando es servido con el vino apropiado. Para este tipo de carne roja les recomiendo un tinto de cuerpo mediano, muy jugoso, como Marques de Casa Concha País Cinsault.

El otro producto emblemático en base a leche es el queso. Hay quesos de distintas elaboraciones, formas, tamaños, edades, sabores y orígenes. Los chefs y nutricionistas están enamorados de los quesos. ¿Por qué? Por su cantidad del calcio, proteínas y vitamina B12. Pero, ojo, la mayoría contiene también mucha materia grasa. Lo óptimo es reunir en el plato quesos con verduras y frutas, y según el modelo dietético francés, siempre acompañado por un buen vino. Esta combinación no sólo es una fiesta para nuestros sentidos, sino además protege nuestros vasos sanguíneos contra la aterosclerosis.

Los quesos se pueden servir solos, en una tabla, y eventualmente acompañados con frutos secos, uvas, manzanas verdes e higos. En Francia se los sirve después de la comida principal y antes del café y los dulces. Le aseguro que existen varios estilos del vino para los distintos tipos de queso. Por ejemplo, un queso azul tiene que probarlo con Late Harvest. Este queso intenso y salado representa un maridaje clásico con un vino dulce. ¡Es un contrapunto delicioso! El otro maridaje bien conocido es un queso duro tipo parmesano con un vino espumante como Casillero del Diablo Devil’s Collection Brut. Pero si ustedes buscan algún vino que vaya bien con una selección de quesos, desde Camembert hasta un mantecoso chileno, les recomiendo Casillero del Diablo Chardonnay. Un vino elegante, fresco, pero con toda la fruta y complejidad de la cepa Chardonnay.

Les quiero presentar una receta para un plato que lleva el queso a otra dimensión. ¡Atrévase con un soufflé de queso! Usted impresionará a su familia y amigos. Es un plato muy fino y delicado. Por eso les recomiendo servirlo con un vino muy clásico, elaborado con la uva Chardonnay. Una cepa de origen francés, pero que moldea una impresionante personalidad en un terroir chileno como el Valle del Limarí. Junto a Marques de Casa Concha Chardonnay, sin duda su soufflé de queso realzará sus elegantes sabores y alcanzará grandes alturas.

Soufflé de queso

Ingredientes 4 personas

  • 50 g de mantequilla, y un poco más para engrasar
  • 25 g pan rallado
  • 50 g harina
  • Una pizca de nuez moscada
  • 300 ml leche
  • 4 huevos
  • 100 g queso rallado extra-fuerte cheddar (queso azul, queso de cabra y quesos ahumados también funcionan bien)

Souffle de queso

Preparación

  1. Calentar el horno a 200º C y colocar una bandeja para hornear en el nivel del medio. Preparar los moldes para soufflé, engrasarlos con la mantequilla. A continuación, espolvorear con pan molido.
  2. Hacer una salsa blanca espesa: en una sartén, derretir la mantequilla a fuego medio; revolver la harina y una pizca de nuez moscada. Cocinar revolviendo, durante 1 minuto. Retirar del fuego y remover poco a poco en la leche, mezclándola en el fondo antes de añadir más. Regresar al fuego y revolver continuamente hasta que esté muy gruesa (alrededor de 10 minutos). Pasar a un bol y dejar enfriar. Romper los huevos, poniendo las claras en un recipiente limpio y agitar las yemas en la salsa. Añadir el queso y aliñar.
  3. Batir las claras de huevo hasta formar una espuma muy firme (no se puede separar de bol cuando revuelva)
  4. Luego tomar una cuchara de madera y revolver suavemente las claras batidas en la salsa blanca en una figura de ocho.
  5. Verter la mezcla en los moldes. Pasar un cuchillo alrededor del borde para crear un efecto de «sombrero de copa»; esto asegura que el soufflé se eleve por encima del borde y no se pegue. Colocar en la bandeja y hornear durante 25-30 minutos hasta que la parte superior esté dorada y realice un ligero bamboleo. Servir inmediatamente.