Concha y Toro

Concha y Toro 20/03/2015

Ucúquer: Viñedos refrescados por el mar

En la búsqueda de terrenos influenciados por el frescor del aire marino, Concha y Toro descubrió un terruño agreste.

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En la búsqueda de terrenos influenciados por el frescor del aire marino, Viña Concha y Toro descubrió un terruño agreste. Hoy, un mullido y serpenteante viñedo se extiende sobre quebradas rocosas.

“Es impensable que en esta soledad y sobre una superficie seca adornada de rocas, surjan las parras de manera tan espectacular”, afirma Patricio Herrera sobre el viñedo Ucúquer. Ubicado en la ribera sur del río Rapel, en el valle homónimo y a 14 km del océano Pacífico, este fundo se eleva como una terraza de frondosos viñedos a 200 metros sobre el nivel del mar, cautivando con sus lomajes verdes y quebradas rocosas.

Tierra de espinos y cabras

Viñedo UcúquerrEl subgerente del Valle de Marchigüe y quien está a cargo de Ucúquer, Patricio Herrera, cuenta que era difícil imaginar la plantación de un viñedo cuando el fundo fue descubierto en 2004: “era un terreno baldío con un paisaje típico de secano costero, con espinos, boldos, quillayes y litres, y un ganado menor compuesto de cabras salvajes y algunas pocas vacas. Había que ser visionario y optimista para ver viñas allí”.

La habilitación del terreno para llevar adelante este viñedo requirió no solo de una importante inversión por parte de la Viña, sino también un gran esfuerzo de todos quienes creyeron en este proyecto agrícola, debiendo comenzar desde cero. “Se tuvieron que construir vías de acceso para poder llegar al fundo, se instaló un extenso tendido eléctrico, una vasta red hídrica, obras de impulsión y un puente de 20 metros de largo para sacar la uva con mayor facilidad”, recuerda Patricio.

Tras un año de trabajo habilitando el terreno, entre octubre y noviembre de 2005 se pudo llevar a cabo la plantación de las primeras 60 hectáreas de viñedos. Tras una importante ampliación del fundo en 2011, Ucúquer logró una extensión total de 971 hectáreas, de las cuales 345 corresponden a viñedos plantados a la fecha.

A su vez, el fundo cuenta con 235 hectáreas de bosque nativo esclerófilo declaradas y certificadas ante la Corporación Nacional Forestal (Conaf), lo que refleja el compromiso de la compañía con la sustentabilidad y el respeto por la biodiversidad del sector.

Un clima privilegiado para la vid

Ucuquer Vineyard - Rapel Valley

El viñedo Ucúquer cuenta con un clima mediterráneo costero que –influenciado por la brisa oceánica que entra al fundo por la cuenca del río Rapel– mantiene condiciones moderadas de temperatura durante todo el año. Esto genera características privilegiadas para la producción de vino y comparables a las existentes en ciertos sectores de Nueva Zelanda, donde se dan blancos de reconocida calidad.

Durante los meses de verano, la brisa marina y ribereña refresca los viñedos permitiendo que la temperatura promedio durante el día nunca exceda los 25°C, y durante la noche no sean inferiores a los 6°C u 8°C. “Esto hace que la madurez de la uva sea lenta, manteniendo así sus características frutales y minerales hasta la cosecha, permitiendo producir vinos frescos, de acidez balanceada y elegante aroma”, explica Mario Miranda, enólogo del Sauvignon Blanc y Chardonnay de Gran Reserva Serie Riberas, ambos vinos nacidos en este fundo.

En invierno, los rangos de temperatura también son moderados, no superando los 3°C ó 5°C la mínima ni los 14°C la máxima y, aunque caen algunas heladas entre junio y septiembre, éstas nunca llegan a las partes más altas del valle, que es donde se encuentran los viñedos. “Siempre hay brisa costera que lleva la helada hacia las partes más bajas del valle y, de esta forma, protege a la vid”, señala Patricio. En cuanto a las precipitaciones, estas se concentran en los meses invernales, siendo lo normal un nivel entre los 380 y 400 mm de lluvia al año.

Arcilla, grava y un dedicado trabajo agrícola

3561 Conociendo la calicata en el viñedo de Puente Alto.El suelo de este viñedo es de tipo granítico, franco-arcilloso, el cual se caracteriza por ser pobre en materia orgánica y de buen drenaje. En su composición se encuentra arcilla roja, maicillo y, a medida que se excava más profundo, se vuelve cada vez más pedregoso, apareciendo las gravas. Según explica Mario Miranda, “al no ser suelos excesivamente fuertes, ayudan a controlar el vigor de los Sauvignon Blanc que, por naturaleza, son plantas vigorosas”.

Las lomas que ondulan el paisaje de Ucúquer hacen que sus verdes viñedos se hagan aún más imponentes. Emplazado en la VI Región de Chile, en el sector noroeste de la comuna de Litueche, al límite con la comuna de Navidad y donde el Rapel es profundo pero calmo, esta tierra en altura flanqueada de rojizas quebradas no deja de sorprender a quienes la visitan.

“Su paisaje es sobrecogedor, impresiona el contraste de los mullidos viñedos con los profundos acantilados de piedra, los que llegan a aguas prístinas, dulces, color esmeralda”, señala el enólogo, y agrega: “en días despejados y desde los lomajes de Ucúquer, incluso, puedes ver el mar”.