¡El chocolate! ¡No existe ningún otro alimento que brinde tanto placer! Va más allá del dulce momento que produce en la boca. Puede ser un chocolate de leche, blanco, suave, también los hay amargos o incluso picante.
Su origen es el cacao. Los famosos chocolateros suizos, belgas e italianos utilizan solo los mejores granos de cacao seleccionados para producir los mejores chocolates.
La patria del cacao es América del Sur y Central. En los tiempos pre-colombinos el cacao ya era conocido y consumido por los Mayas y los Aztecas aproximadamente 1000 años antes de Cristo. Los nativos americanos lo bebían y utilizaban como bebida sagrada.

Ahora bien, chocolate y vino, no es un maridaje fácil. El cacao posee taninos, muy parecidos a los que están presentes en el vino. Un buen maridaje puede ser combinar vinos Late Harvest para postres cuya base es el chocolate, por ejemplo un Tiramisú.
Cuando la opción es servir chocolate puro o un postre 100% chocolate (por ejemplo pastel con chocolate fundido, soufflé de chocolate o brownie) la mejor opción será ir directamente a los vinos tintos, especialmente a los de mucho cuerpo, potentes, concentrados pero sedosos.
Este estilo de vino se maneja muy bien con el cacao. Pruebe aquellos de cosechas antiguas (un Marques de Casa Concha Cabernet Sauvignon con más de diez años, por ejemplo) y se sorprenderá con la combinación.