Chile es el país con la franja costera más larga del mundo. En sus 4 mil kilómetros de costa, usted encuentra hermosos lugares para gozar de sus vacaciones , una gran riqueza de pescados y mariscos, pero además importantes zonas vitivinícolas. Le invitamos a conocer nuestros viñedos ubicados en zonas exclusivas y privilegiadas del Pacífico.
En sus 4 mil kilómetros de costa, el paisaje es muy rico y variado, desde el desierto más árido del mundo, hasta selvas subtropicales, pasando por hermosas playas, acantilados e interesantes ciudades, balnearios y caletas de pescadores.
Influenciadas por la fría corriente de Humboldt, las brisas marinas del Pacifico encuentran las masas de aire caliente de la costa y forman nubes bajas y brumas que penetran hacia el valle, disminuyendo y suavizando las temperaturas en verano para cosechar uvas con mucho equilibrio y carácter.
Viña Concha y Toro cuenta con sus propios viñedos en distintas zonas de la costa chilena. En la frontera norte, en el Valle del Limarí, nos encontramos con los viñedos Llanuras de Camarico y San Julián, donde se cultivan Chardonnay, Pinot Noir y Syrah. Todas ellas cepas de maduración temprana, lo que permite obtener vinos vibrantes, pero también de muy buena madurez.
El Valle del Limarí es famoso por sus suelos con componentes calcáreos, que aportan a los vinos esas tan características notas minerales. Aquí se juntan las cordilleras de La Costa y de Los Andes, por lo tanto su topografía está compuesta por lomajes y algunas zonas planas llamadas terrazas costeras. En ciertas regiones como Limarí sería imposible cultivar uvas de buena calidad, pero el efecto de la camanchaca, una vaguada que se estaciona en la franja costera, posibilita que las uvas maduren lentamente y alcancen un perfecto equilibrio entre dulzor y acidez.
Marques de Casa Concha Pinot Noir merece una atención especial. Este vino proviene del viñedo San Julián, ubicado 25 kilómetros de la costa. Es un vino con un bouquet fino y elegante. Refleja todo lo mejor de esta maravillosa cepa francesa, pero también las particulares condiciones del viñedo. Usted encontrará deliciosas notas de guinda y frambuesa, y por la presencia de carbonato de calcio en el suelo. También sentirá este famoso toque mineral que caracteriza los mejores vinos del Limarí.
El Valle de Casablanca tiene una posición estratégica. Ubicado entre la capital Santiago y las importantes ciudades de Valparaíso y Viña del Mar, es una zona que combina exitosamente el enoturismo con vinos de muy alta calidad. Nuestro enólogo Ignacio Recabarren fue uno de los primeros enólogos chilenos en producir vinos en esta zona y descubrir su potencial único.
Con un clima mediterráneo con estaciones muy marcadas, pero con neblinas matinales que refrescan sus temperaturas, el Valle de Casablanca es la capital chilena de los vinos blancos. De aquí provienen estupendos Sauvignon Blanc, Chardonnay, Riesling y algunas cepas tintas. Sus vinos blancos son conocidos por un bouquet muy característico, basado en notas de frutas tropicales, como mango, piña y maracuyá, pero siempre apoyados por una rica acidez.
Quiero recomendarles un fabuloso vino de Casablanca: Terrunyo Syrah, elaborado por el mismo Ignacio Recabarren. Este vino proviene del viñedo Los Boldos, que cuenta con un suelo aluvial con componentes como arcilla roja. Es un vino de alta elegancia, que captura perfectamente el carácter más floral y especiado de la cepa, transmitiendo en cada gota las condiciones de Casablanca. Es un vino fresco e intenso, pero al mismo tiempo muy complejo y expresivo. Usted sentirá notas frutales como cereza y mora, perfumes de violetas y tonos minerales como grafito y asfalto. Sus taninos son sedosos y ofrecen un vino de cuerpo mediano, pero con un gran potencial de guarda.
Casi en el mismo “barrio”, muy próximo a Casablanca, se encuentra el Valle de Leyda. Cuenta con un clima y condiciones muy parecidas a Casablanca, pero los viñedos están emplazados aún más cerca del mar. Es una región favorable para cepas blancas como Sauvignon Blanc y Chardonnay.
El invierno es menos frío que en Casablanca y la brisa del mar más intensa, por lo tanto sus blancos son muy frescos y vibrantes, como Marques de Casa Concha Sauvignon Blanc. Un vino cítrico y jugoso, muy marcado por sus notas minerales y aromas de pasto recién cortado.
En la zona más costera del Valle de Colchagua, en la ribera del lago Rapel, existe una zona vitícola muy nueva y promisoria llamada Ucúquer. En línea recta hasta la costa hay no más que de 15 kilómetros, por lo tanto las parras de Chardonnay y Sauvignon Blanc, plantadas sobre suelos graníticos, reciben una gran influencia marina. De aquí proviene Gran Reserva Serie Riberas Chardonnay. Este vino ofrece notas minerales, frescas y muy balanceadas. Además presenta algunas deliciosas notas de frutos tropicales y avellanas tostadas. Su acidez es bien marcada, pero junto con este factor el vino es equilibrado, cremoso, con un largo y agradable final.
Si usted quiere diferenciar estos cuatros valles a través de las notas frutales del Chardonnay, podríamos decir lo siguiente: en Limarí predominan frutas cítricas y de pera; en Casablanca, notas de frutos como damasco, manzana y mango; en Leyda, notas cítricas como lima y mandarina; y en Ucúquer, notas cítricas, como pomelo amarillo y rosado.
Ahora les invito a recorrer la costa chilena, desde el norte hasta el sur, pero también a emprender un viaje por los sentidos. Si usted prepara una cata comparativa con estos vinos de valles costeros, no sólo aprenderá un poco más sobre la vitivinicultura chilena, sino además disfrutará en su copa esa brisa marina que nos recuerda los felices días de vacaciones.