Algunos típicos platos que las personas consumen en verano, son pescados, mariscos y, en general, comidas livianas. Por lo tanto, los vinos ideales para acompañarlos son aquellos de cuerpo ligero, frutales, de alta mineralidad, buena acidez y una carga tánica leve o moderada.
Una receta infalible para el verano es el pescado crudo en sus distintas versiones, siendo una opción siempre fresca y de fácil preparación. Para recetas como sashimi, sushi y ceviche, hechas en base a reineta o corvina –es decir, pescados magros o no grasos–, Soledad nos recomienda algunos Sauvignon Blanc de la viña: “el Sauvignon Blanc de Terrunyo y Marques de Casa Concha son vinos ideales para estas preparaciones, pues poseen alta acidez y frescor, que se condice muy bien con estos platos. Ahora, si el presupuesto para el vino es menor, yo recomiendo Trio en la misma variedad, un vino que va muy bien y a un precio más asequible”.
Y si, por ejemplo, a dichas recetas les agregamos frutas tropicales como mango y piña, la mejor opción sería un Riesling. “Terrunyo Riesling es un vino elegante y fresco, muy frutal, de buena azúcar residual y muy mineral. Su composición lo hace ideal para acompañar platos más tropicales”, comenta Soledad, y añade: “a su vez, este Riesling ultra premium combina perfectamente con erizos, que me los imagino preparados con cebolla, cilantro y bastante limón”.
Pero si consideramos preparaciones en base a camarones, atún, salmón u otro pescado graso, entonces deberemos inclinarnos por el Pinot Noir o el Chardonnay de Marques de Casa Concha: “la elegancia, tipicidad y frescura de estos vinos, permiten que sean ideales para maridar con pescados más contundentes, potenciando su sabor en la boca”.
Otra receta insoslayable en verano, son las ensaladas frescas. Hombres y mujeres las disfrutan, gracias a su gran versatilidad y sencilla elaboración. Si se trata de una ensalada verde y ligera, la sommelier recomienda uno de nuestros Sauvignon Blanc, como el de Gran Reserva Serie Riberas. Pero si el dressing es cremoso, tiene yogurt o un poco de mayonesa añadida, entonces deberemos escoger un Chardonnay, “para equilibrar con la untuosidad del plato”.
Si preferimos una ensalada fresca con alguna carne magra o blanca, como pollo o pavo, su mejor acompañante será un vino Rosé, un Chardonnay, un Pinot Noir o, incluso, un Riesling. El Rosé de Casillero del Diablo Reserva, por ejemplo, explica Soledad, “es un Syrah refrescante, con buena acidez y que está a un muy buen precio. Es un buen acompañante para ensaladas que incluyan carnes livianas, e ingredientes verdes y ligeros, como pepinillos y rabanitos”.
Pero si la ensalada tiene algún ingrediente cárnico más sofisticado, como roast beef, jamón crudo o jamón serrano, entonces el Pinot Noir de Marques de Casa Concha volverá a ser un buen acompañante, “incluso si estamos hablando de ensaladas con ingredientes más complejos como ciruelas rellenas con tocino”. En el caso de Amelia, el Chardonnay ultra premium de la viña, vendrá igualmente bien con este tipo de ensaladas.