No conozco ningún otro país en el mundo donde el sándwich sea un fenómeno culinario. En Chile hay miles de fuentes de soda y restaurantes especializados en sándwiches (o sánguches, en castellano) que han convertido este alimento básico en una fiesta gourmet. Y para estos clásicos y nuevas propuestas chilenas siempre hay un vino para lograr un sabroso maridaje.
Los sándwiches chilenos en su mayoría tienen sus raíces en la cocina de sus inmigrantes alemanes. Se nota especialmente en ingredientes como el chucrut. Pero su increíble arraigo y evolución los han convertido en un plato emblemático y profundamente chileno. Su gente ama los sándwiches y los come en todas las ocasiones: en el desayuno, en el almuerzo o colación y en la once u hora del té, como un snack liviano (y a veces no tanto) antes de pensar en la cena.
Hay sándwiches que literalmente integran todos los colores, aromas y sabores. Usted puede elegir no solo el tipo de carne, sino también el tamaño (normal, grande o a veces inmenso), tipos de pan –frica (pan redondo), molde (pan recién horneado) o marraqueta (tipo francés)- y naturalmente cientos de acompañamientos. Uno de los más populares lleva el apellido de completo e incluye tomate, palta, mayonesa y chucrut. El otro estilo es el italiano, un sándwich con palta, tomate y mayonesa. Y el chacarero, con porotos verdes, tomate en rodajas y ají verde picado.
¿Y cuál proteína es la preferida en Chile? La carne, ¡sin duda! Si quieren compartir un delicioso sándwich con vino, les recomiendo concentrarse sólo en el tipo de proteína y en su método de cocción. Esto les permite disfrutar unos maridajes únicos, sencillos y sabrosos, que no van a olvidar.
El sándwich ave palta, preparado con pechuga de pollo asada y palta molida o fileteada, nos regala uno de los sabores más suaves . La carne tiene una estructura jugosa y la palta entrega sabor y cremosidad. Para este sándwich les recomiendo Casillero del Diablo Chardonnay. Este vino, con su deliciosa frescura, nos entrega también unas ricas notas cremosas que se complementan muy bien con el peso de la carne y la estructura sedosa de la palta.
El otro clásico de la carne blanca es el sándwich de pescado frito. En este caso van a necesitar un vino de estilo totalmente distinto. Pruébenlo con Casillero del Diablo Sauvignon Blanc. Su exquisita acidez corta las notas grasosas y pesadas de la fritura, y sus notas frescas de cítricos y hierbas, incluso salinas, se complementan maravillosamente bien con la esencia del pescado.
El más clásico de los clásicos chilenos es el lomito. Es un sándwich de carne de cerdo (lomo cocinado con especias y cortado en unas láminas muy finas). Para muchos de ustedes el cerdo es una carne roja, pero les aseguro que la fineza y elegancia de un lomito bien hecho necesita un vino de cuerpo liviano como Casillero del Diablo Shiraz Rosé. Este vino entrega elegantes notas frescas de fruta roja y posee una estructura que sostiene perfectamente la fibra del lomo.
Pero si quieren sentir que realmente comen cerdo, les invito a conocer el sándwich de pernil. Esta carne proviene de las piernas del animal y tiene una estructura distinta a la del lomo. ¡Sentimos mucho más peso y contenido graso! Por eso necesitamos un maridaje con un vino tinto de cuerpo liviano, con una muy buena acidez y cuerpo. Mi elección en este caso es Casillero Del Diablo Pinot Noir.
A veces en un sándwich hay dos tipos de carne, como en el rumano. En este caso la fricandela o hamburguesa se prepara con carnes de cerdo y vacuno, condimentada con una pasta de ají rojo. Aquí su vino sería Casillero del Diablo Carmenere, con su rica jugosidad, cuerpo mediano y sabroso bouquet. Pero si eligen una hamburguesa clásica de carne de vacuno, les recomiendo el más austero Casillero del Diablo Malbec.
El rey de las carnes en Chile es el vacuno. Hay una amplia variedad de formas de preparación. Mi sándwich favorito es el de mechada (carne de res cocinada durante horas en olla y horno, resultando una corteza crujiente y una estructura interior fibrosa y extremadamente suave). Para este sándwich nada mejor que una copa de Casillero del Diablo Shiraz, con sus notas especiadas y profundos sabores.
Muy popular también es el churrasco (láminas finas de carne de vacuno preparada por algunos minutos en una plancha muy caliente). Aquí estamos frente a otra estructura, más firme y fibrosa. Este corte de carne protagoniza un excelente maridaje con Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon, un vino elegante, clásico y jugoso.
Ah, no se pueden olvidar del choripán. Este sándwich, el aperitivo de los asados, es un chorizo grillado en la parrilla envuelto en un pan tipo marraqueta. Se puede aderezar con pebre, mostaza o mayonesa, pero en realidad es tan sabroso que no necesita nada más que vino. Aquí les voy a sorprender. La lógica indica que un chorizo, especialmente uno picante, deberíamos servirlo con un vino tinto, pero atrévanse a experimentar conmigo. Su cantidad de grasa pide algo más fresco. Les aseguro que con Casillero del Diablo Brut Reserva van a disfrutarlo tanto como yo.
¿Cómo encontrar su sándwich chileno favorito? No hay otra manera que probar, probar y probar otra vez. En su casa ustedes pueden replicar algunos clásicos o experimentar con carnes, embutidos, quesos y otros ingredientes, pero en cada caso consideren en primer lugar la proteína para elegir el vino. El resto es imaginación y atrevimiento. Con el sándwich podemos utilizar absolutamente todos nuestros sentidos, partiendo por el tacto, cuando presionamos con nuestros dedos las láminas crujientes de pan y tratamos que los ingredientes no se queden en el plato. En Chile es más que un alimento. Es un ritual gastronómico.