Los postres frescos y livianos son los que más se prefieren en verano. Y, para cada uno de ellos, hay un vino que los puede acompañar.
“El Late Harvest de Concha y Toro es muy recomendable para postres como tortas y pastelitos hechos en base a crema de vainilla, huevo mol, merengue, manjar y frutas. Muy típicos en los té de media tarde”, cuenta Soledad, y agrega: “si preferimos papayas, duraznos, mango y frutas con acidez elevada, lo más recomendable sería un Riesling de Terrunyo bien helado”.
“El Sparkling de Casillero del Diablo es un ensamblaje de Chardonnay y Pinot Noir, y es un acompañante delicioso para frutillas frescas y berries, mezclando deliciosos sabores con una sutil acidez”.
Y como los helados son un imperdible en esta época, “si escogemos un helado más frutal, debemos inclinarnos por el vino de cosecha tardía de Concha y Toro, mientras que si elegimos uno más cremoso, lo mejor será un Chardonnay como Casillero del Diablo o Trio”.