Nadie puede discutir que los quesos transforman cualquier plato. Pero, sobre todo, son una valorada pieza en sí mismos. Cada 20 de enero se celebra el Cheese Lovers Day (o Día de los Amantes del Queso). Un homenaje a todas esas variedades quesos, provenientes de distintas leches animales como la de cabra, oveja o vaca, sus sabores son tan múltiples como la manera en que puedes disfrutarlos.
Como bien sabrás, un indiscutido acompañante del queso es el vino. Cuando se unen de la manera correcta, fortalecen sus aromas y sabores. A continuación, te damos algunas ideas para que te inspires y celebres en casa junto a tu queso favorito. O por qué no, dándole la oportunidad a uno que nunca hayas probado.
Quesos y vinos locales
En el arte del maridaje, hay una técnica que prácticamente nunca falla, que tiene relación con el concepto llamado terroir. Es decir, maridar productos que provienen del mismo territorio. Se trata de un sabor que funciona naturalmente. Eso pasa cuando pruebas un Queso de Cabra de cordillera de Ovalle y lo maridas con Amelia Chardonnay del valle del Limarí. Son sabores que se abrazan y calzan…pues nacieron en el mismo lugar.
Quesos blandos y suaves con burbujas
Para quesos más suaves con corteza blanca como el Camembert o Brie, que es elaborado con leche de vaca más la adición de un porcentaje de crema (que le da una textura grasa a su sabor dulce y afrutado), funcionan los vinos con acidez alta. Puede ser un vino blanco o mejor aún un espumante como Casillero del Diablo Devil’s Brut, cuyas burbujas ayudarán a limpiar el paladar al mismo tiempo que respetarán la delicadeza de este queso.
Vino blanco con queso derretido
Si bien no se trata de un queso en particular, derretido probablemente sea una de las formas más deliciosas de comerlo. Se torna versátil, cambia su textura y aparecen nuevos sabores. Para quienes aman esas preparaciones típicas de la montaña como el Fondue o la Raclette (que básicamente consiste en combinar vegetales o carnes con queso derretido), o una simple Mozzarella derretida, una buena idea es acompañarlos con vinos blancos aromáticos y de crocante acidez como Terrunyo Sauvignon Blanc.
Quesos semi maduros con vinos tintos robustos
Este tipo de quesos suele madurarse al menos por 6 seis meses y se caracterizan por su sabor suave y aroma ligero. Dado a que no son muy húmedos, su fragancia nunca es fuerte. Pero en ellos destacan sus intensos sabores algo dulces a mantequilla y avellanas, y son muy buenos para derretir. Son aquellos clásicos quesos que suelen venir envueltos en una capa de cera: Gouda, Gruyère y Cheddar. Para hacer frente a estos sabores, lo mejor es escoger un vino tinto con bastante cuerpo como Terrunyo Cabernet Sauvignon o Casillero del Diablo Carmenere Reserva que son capaces de sostener y levantar al queso, balanceando la grasa con esos taninos que secan la boca. Una mezcla donde el vino no opaca al queso y viceversa ¿Prefieres los blancos? Chardonnay y Gruyère es una combinación que no falla.
¡Eleva tu experiencia culinaria en el Cheese Lovers Day con estas exquisitas combinaciones y sugerencia de maridaje!