Contrario a lo que muchos piensan, el Late Harvest es mucho más que un vino de postres. Aquí te dejamos cuatro entretenidas alternativas para jugar con esta dulce variedad.
Cuando consumimos una comida en conjunto con el vino, ésta afecta la forma en que lo percibimos, y viceversa. El maridaje existe para aprovechar estos efectos a nuestro favor, buscando combinaciones que nos entreguen placer al disfrutarlas en conjunto.
Descubre cómo maridar el Late Harvest, un vino dulce elaborado con uvas maduras de cosecha tardía.
Queso Azul
El queso azul se caracteriza por su intenso sabor, un tanto picante y salado. Un maridaje para irse a la segura con este tipo de quesos ricos en umami, es con vinos con buena acidez, volumen y presencia en boca. Si a esto le agregamos el dulzor, que contrastará la salinidad, el vino y el queso encontrarán un punto de equilibrio natural. ¿Qué vino? Concha y Toro Late Harvest, principalmente elaborado con sauvignon blanc, que entrega notas a miel, frescor y un largo final.
Foie Gras
Cuando se trata del sofisticado hígado de pato o de ganso, que destaca por su textura ultra sedosa y sabor mantecoso, un maridaje típico es el espumante. Especialmente, porque el foie gras suele servirse como aperitivo y no a todos les gusta un vino dulce para empezar una comida. Pero si quieres probar algo diferente, te invitamos a descubrir el contraste que se genera en boca cuando lo combinas con un vino tardío como Concha y Toro Late Harvest. Sus notas a papayas, frutas mediterráneas y miel, se contraponen muy bien con el foie, y más aún si lo acompañas con frutos secos, chutneys o mermeladas, que lo harán menos empalagoso. Una experiencia gastronómica sin igual.
Carrot Cake con frosting de queso de cabra
Moviéndonos a los postres, te invitamos a disfrutar una copa a la hora del té junto con un trozo de tarta o un Carrot Cake con frosting de queso de cabra. Para evitar que el dulzor de esta preparación haga que el vino se sienta amargo, lo mejor es escoger un vino que sea más dulce que este bizcocho. En este caso, el queso de cabra, con su acidez y cremosidad, pide un vino más dulce y frutoso como un late harvest.
Ruibarbo pochado con helado de vainilla
La regla dice que el dulzor de una comida puede hacer que un vino seco se sienta menos frutoso y excesivamente ácido. Por eso, un vino que tenga más azúcar que el plato nos evitará este problema. Tanto el ruibarbo como el helado de vainilla, además, funcionan de maravillas si se maridan con un vino dulce Rosé. Late Harvest Rosé, en base a sauvignon blanc, riesling y syrah, es complejo, afrutado y perfecto para acompañar postres con fruta y crema.
¿Y la copa?
Debido a que los vinos de cosecha tardía generalmente tienen un mayor porcentaje de alcohol, suele tomarse en cantidades más moderadas. Por esta razón, lo mejor es utilizar una copa pequeña, que además ayuda a que el vino no se sienta tan dulce.