La temporada 2022-2023 mostró una dualidad climática inusualmente vista entre las zonas costeras y el interior, y a pesar de ser también una de las más cálidas del último tiempo, se mostró bastante auspiciosa para los vinos de alta gama de Concha y Toro.
La temporada 2022-2023 fue altamente desafiante para la viticultura chilena, en un año marcado por incendios, sequías y altas temperaturas, sin embargo, la lectura previa del año y las acertadas decisiones, de la mano de una correcta gestión y coordinación de los equipos enológicos, permitieron enfrentar de buena manera esta vendimia, logrando cosechas a tiempo, alcanzando buenos volúmenes y una excelente calidad.
“En las 31 vendimias que llevo, nunca me había tocado ver en un año tantas diferencias climáticas entre las zonas costeras y el interior de Chile, rasgo de una clara transición entre el fenómeno de La Niña al Niño entre los meses de diciembre, enero y febrero, que llevaron a los equipos enológicos a ser muy ágiles en algunas zonas y muy pacientes en otras”, comenta Marcelo Papa, Director Técnico de Concha y Toro.