Concha y Toro

Francisca Jara 27/12/2022

Todo sobre el vino

Todo sobre el Cabernet Franc

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Descubre los secretos del Cabernet Franc, una aromática variedad tinta que merece la pena conocer.

Dentro de las cepas tintas, el Cabernet Franc es una variedad que puede entregar sensacionales y refrescantes vinos. Gracias a su rica acidez, en algunas regiones de clima frío como el Valle del Loira se vinifica sola desde hace siglos y el resultado son vinos muy fáciles de beber, jugosos y para servir fríos. Sin embargo, la mayor parte del tiempo el Cabernet Franc juega un rol secundario en mezclas de estilo bordelesas como Marques de Casa Concha Etiqueta Negra.

Un poco sobre su historia

Se cree que esta variedad tinta proviene del área del País Vasco que pertenece a Francia y limita con España, donde fue encontrada hace cientos de años. A partir de ella se habrían originado algunas de las variedades más importantes del mundo. Por ejemplo, del cruce de Cabernet Franc y Sauvignon Blanc nació el Cabernet Sauvignon en el 1700 y de su cruce con Magdeleine Noire apareció el Merlot. El Carmenère, por su parte, es producto de su unión con el Gros Cabernet. 

A comienzos del siglo 20 esta variedad fue plantada en grandes cantidades en la zona de Burdeos para añadir a las mezclas bordelesas de Cabernet Sauvignon y Merlot. En estas mezclas el Cabernet Franc es la cepa complementaria por excelencia, ya que aporta frescor y fineza. Esto se puede apreciar en Gravas Cabernet Sauvignon, un gran vino con D.O Puente Alto, que recibe un 10% de Cabernet Franc para otorgarle una fina textura de taninos aterciopelados. 

Más avanzado el siglo XX, la variedad se extendió a otros países como Italia, España, Hungría y Eslovenia. En países del Nuevo Mundo se desarrolló de forma más discreta, en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Argentina y Chile. 

Sus características

El Cabernet Franc es una uva extremadamente aromática, y entrega notas a frambuesa, cassis y tabaco, tiene gran acidez, taninos finos y cuerpo mediano. Tiene la facultad de adaptarse a distintos tipos climas, incluyendo los fríos. Su piel es fina y rica en polifenoles, razón por la cual es posible encontrar aromas a pimientos asados, menta y, además, grafito. Su piel final también incide en que su color sea ligeramente pálido en relación a los vinos tintos, y sus taninos, moderados.

Cuando el Cabernet Franc se vinifica solo, se caracteriza por sus aromas a frutos rojos como guindas, frutillas, frambuesas y también algo de tomate. Si bien tiene cualidades que recuerdan al Cabernet Sauvignon, son vinos mucho más ligeros y frescos gracias a su distintiva nota mentolada. 

Cuando se utiliza en mezclas, como por ejemplo en las famosas apelaciones Pomerol y Saint-Émilion, el Cabernet Franc ayuda a suavizar las características de los vinos robustos aportando frescor y delicadeza.

Maridaje

Gracias a su cuerpo mediano, los Cabernet Franc funcionan muy bien con platos que son complejos de maridar. Vegetales asados como pimientos y berenjenas son un buen complemento, como también carnes de caza a las finas hierbas, o platos elaborados en base a tomate. Para blends como Gravas Cabernet Sauvignon o Marques de Casa Concha Etiqueta Negra, se recomiendan pastas con diversas salsas, terrinas, patés, quesos o carnes asadas con hierbas como laurel, tomillo y laurel.