Concha y Toro

Francisca Jara 06/10/2022

Todo sobre el vino

Aprende a detectar defectos en un vino

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¿Sabías que muchas veces consumimos vinos sin saber que eran “defectuosos”? Dicen que sobre gustos no hay nada escrito, sin embargo, en el mundo del vino hay ciertos parámetros sobre los que es aceptable y no tanto. Aquí te contamos algunos de los defectos más comunes y cómo identificarlos.

Oxidación 

Generalmente aparece debido a una mala o muy prolongada guarda en botella, y ocurre por una exposición prolongada al oxígeno, el cual se disuelve en el vino. Similar a lo que ocurre con una manzana mordida si la dejamos en la mesa, que después de un rato se pone café, en el vino esto se traduce en una alteración de los aromas y sabores: se sienten más secos, astringentes y a veces amargos.

Además, en los vinos blancos su color pierde brillo y adquiere un tono amarillo ámbar, mientras que los tintos adquieren matices marrones. Claro que no todas las oxidaciones son malas. La oxidación lenta en la crianza puede ser beneficiosa, pues le entrega estabilidad y complejidad al vino.

Para evitar que Amelia Pinot Noir o cualquier otro vino se oxide, lo mejor es conservar la botella a baja temperatura ya que la oxidación se acelera a mayor temperatura.

Brett

Brett es la abreviación de Brettanomyses, una levadura silvestre que en el vino provoca aromas a cuero, sudor, establo o caballo. Esto puede parecer un defecto, sin embargo hay quienes disfrutan de estos aromas cuando son leves ya que aportan complejidad y tipicidad a ciertas variedades tintas como Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon o Syrah. A tal punto que, en Francia, existen apelaciones que la usan deliberadamente, aunque la mayoría de las viñas la evitan. Esta levadura por lo general llega al vino desde la viña o en el proceso de guarda, ya que suele desarrollarse en la madera de barricas con el paso del tiempo.

Acorchado 

¿Alguna vez te preguntaste qué significa que un vino tenga olor a corcho? Decimos que un vino está “acorchado” cuando presenta un desagradable aroma a humedad parecido al del cartón mojado. Si bien se cree que este defecto afecta sólo al 3% de los vinos del mercado, hay bastantes más bebedores que lo reclaman. Como sea, este se reconoce porque el aroma a humedad llega retro nasalmente a la boca, opacando los aromas y sabores a fruta fresca. La causa de este aroma viene de la formación de un tricloroanisol que se genera por hongos en el corcho del vino, y solo se puede detectar al abrir la botella. 

Acidez volátil (aka vino “picado”)

Decimos que un vino “está picado”, cuando huele a vinagre. Al ser el vinagre un aroma familiar, este es uno de los defectos más fáciles de identificar. Técnicamente, un vino está picado cuando sus concentraciones de ácido acético son muy altas (en un vino sano, estos niveles son moderados), y se siente avinagrado en nariz y en boca. Esto suele ocurrir con botellas que han estado abiertas por un periodo prolongado, lo cual propicia el ambiente para que las bacterias acéticas transformen el alcohol en vinagre.

Vino Reducido

Se dice que un vino está reducido cuando le ocurre lo contrario a la oxidación: el vino no ha tenido suficiente contacto con el oxígeno, lo que provoca el desarrollo de compuestos volátiles de azufre. Esto generalmente ocurre en la vinificación, pero también le pasa a vinos viejos que han estado muchos años en la botella. Entre los aromas que se perciben está el de fósforo recién quemado, pero en niveles más altos se puede percibir como olor a ajo o huevo podrido.