Porque este 23 octubre se celebra el Día Internacional del Espumante, aquí te contamos cómo estas preciadas burbujas llegan al vino y algunos consejos para su mayor disfrute.
Cuando hablamos de espumantes, nos referimos a los vinos que tienen… ¡burbujas!. Si lo primero que se te viene a la cabeza es una copa de Champagne, está perfecto. De hecho, es el espumante más reconocido en el mundo. Sin embargo, debemos aclarar que no todos los espumantes se pueden llamar Champagne ¿Por qué? Porque esta es una denominación de origen sólo para aquellos vinos espumantes blancos o rosados, hechos de las variedades Chardonnay, Pinot Noir o Pinot Meunier y específicamente de la zona de Francia llamada Champagne. Dicho esto, ¿cómo es que el vino obtiene sus burbujas?
El proceso en el que vino genera burbujas es a través de una segunda fermentación. Por esta razón, se considera que los espumantes son el estilo de vinos más complejo. Ya que los enólogos primero deben hacer el vino base, que puede ser de cualquier variedad de uva, y después hacer que éste tenga burbujas. Si bien hoy existen diversas formas de hacerlo, las cuales le entregarán variaciones al vino respecto a su estilo y burbujas, aquí nos centraremos en las dos técnicas más populares: el Método Tradicional o Champenoise, y el Charmat.
Método Tradicional
Siguiendo con el caso del Champagne, su denominación de origen también exige que su vinificación se realice bajo el Método Tradicional o Champenoise. El cual consiste en una segunda fermentación al interior de la botella (cerrada con tapa corona y en posición horizontal) que ocurre gracias a la acción de azúcar y levaduras añadidas (una mezcla también conocida como licor de tiraje), que producirán el gas carbónico. Por esta razón se utilizan botellas especiales capaz de soportar la presión de este gas, el cual se liberará en forma de burbujas una vez abierta la botella.
Tras esta segunda fermentación, las levaduras muertas ahora llamadas lías, al estar en contacto con el vino le entregarán esos inconfundibles aromas a pan tostado, brioche, vainilla, café y una textura cremosa en el paladar. Luego de meses o años, las lías y sedimentos serán removidos a través del degüelle de la botella, proceso en el que suele perderse un poco de vino. Finalmente, la botella se termina de llenar con licor de expedición, que no es más que una mezcla del vino base inicial con un poco de azúcar.
Método Charmat
En el método Charmat, también utilizado para espumosos como el Prosecco o Lambrusco italiano, el vino realiza su segunda fermentación en tanques totalmente herméticos y capaz de soportar la presión que provoca el gas carbónico. Luego, en el mismo tanque se realiza el filtrado del vino, la adición del licor de expedición dependiendo del dulzor deseado y se embotella. Como resultado de este proceso, los aromas de los vinos espumosos hechos con el método Charmat son más frescos e intensos, pues conservan muy bien las características cítricas y frutales del vino base. Casillero del Diablo Devil’s Collection Brut, por ejemplo, es un espumantes de las variedades Chardonnay y Pinot Noir del Valle del Limarí, elaborado bajo el método Charmat. El cual destaca por sus delicadas notas cítricas, mezcladas con manzana verde y toques minerales, mientras que en el paladar presenta mineralidad y balanceada acidez, además de la lima de los suelos calcáreos de su origen.
¿Qué quiere decir Brut?
La cantidad de azúcar añadida en el licor de expedición es importante a la hora de entender la clasificación de los espumantes, pues dependiendo de esta cantidad es que tendrán diferentes nombres: Nature (menos de 3 grs. por litro), Brut Nature (menos de 7 grs. por litro),
Extra Brut (menos de 11 grs. por litro), Brut (menos de 15 grs. por litro), Demi Sec (desde 15 grs. por litro) y Dulce (más de 40 grs. por litro).
Tips para disfrutarlo mejor
La copa definitivamente importa. Usar una copa tipo flauta, para apreciar y conservar mejor sus burbujas es ideal. Como se debe beber frio, idealmente entre 6 o 10 grados C, la copa flauta te ayudará a no transferirle temperatura con tus manos.
Si quieres acompañarlo de algo para comer, los espumantes son tan versátiles que podrías disfrutarlos junto con langosta, quesos como el Camembert o incluso un ¡bowl de pop corn! Sí, las palomitas de maíz son un maridaje infalible con los espumantes.