En entrevista con la prestigiosa revista especializada de vinos “The Drinks Business”, el enólogo y director técnico de Concha y Toro, Marcelo Papa, se refirió al impacto de la sequía y el cambio climático en la industria vitivinícola chilena.

“Cada país está enfrentando este fenómeno climático de distinta manera. Algunos están experimentando una creciente alza de las temperaturas. En cambio, en Chile el Océano Pacífico y la Cordillera de los Andes aportan influencias frías y mitigan el calentamiento del territorio”, comenta Papa.

El verdadero problema que enfrenta Chile es el déficit de precipitaciones que se ha extendido por varios años. Este escenario ha generado que la viticultura se vea altamente desafiada para producir vinos de calidad con menor cantidad de agua y tenga que trasladarse hacia el sur, buscando lugares donde haya mayor capacidad hídrica.

“Durante los últimos 50 años, hemos visto que cada vez tenemos menos lluvias, por lo que desde hace 20 años en Concha y Toro hemos estado moviéndonos hacia el sur, donde llueve más”, agrega Papa.

Un ejemplo de lo anterior es que hace 20 años, Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon, el vino más vendido de Concha y Toro, -con una producción anual actual de 2 millones de cajas- provenía mayoritariamente de la región del Maipo (aproximadamente un 33%). Sin embargo, debido a la sequía que golpea a esa zona, actualmente esa proporción ha caído a un 10%, y el resto proviene del sur de Chile, principalmente del Maule, donde los niveles de lluvia son mayores y el cultivo sin riego es más posible.

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