Un importante hito ocurrió en abril 2021 cuando Viña y Concha Toro, tras un proceso de evaluación que duró más de dos años, se certificó como una Empresa B. Puede que te preguntes ¿qué es una Empresa B?. Si bien es un movimiento global que redefine lo que es el éxito empresarial, en palabras breves las Empresas BTM son aquellas que cumplen con los más altos estándares en términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad empresarial.
Si bien hay alrededor de 4.000 Empresas B Certificadas en más de 150 industrias y 74 países, Viña Concha y Toro es la empresa vitivinícola más grande en sumarse a este movimiento.
Este hecho histórico en la comunidad B en Chile, es parte de un trabajo continuo en el ámbito de la sustentabilidad que la viña viene trabajando desde hace más de una década. Y donde una parte importante del compromiso ha sido medir su impacto social y ambiental, considerando las consecuencias de sus decisiones en el largo plazo.
Bajo esta filosofía, las acciones de cuidado y conservación del medio ambiente han sido fundamentales. Y cómo no, si el vino es un producto procedente de los suelos vivos en que crecen las vides. Pero cuyo territorio no solo alberga viñedos, sino que también historia, flora y fauna nativa.
Con el objetivo de preservar esta biodiversidad, Viña Concha y Toro se convirtió, en el año 2019, en la primera viña del mundo en certificar su patrimonio forestal bajo la certificación FSC con fines de conservación (FSC ® -C154029). Esta certificación la compromete a trabajar en una serie de acciones de conservación, entre ellas, contar con un plan de prevención de incendios forestales, restauración de zonas degradadas, monitorear la biodiversidad presente, entre otras. Todas estas acciones se deben ir implementado en las 4.272 ha de bosque nativo esclerófilo mediterráneo que la compañía posee y protege en Chile, también a través de su Programa de Conservación de Bosque Nativo.
Ubicados en la zona del Valle Central del país, los bosques esclerófilos están distribuidos dentro de nueve fundos. Uno de ellos es el Fundo Idahue, que con 1.632 hectáreas en la VI Región, destaca por sus bosques de altos valores de conservación, los cuales están estrechamente conectados con los vinos Casillero del Diablo Merlot, Casillero del Diablo Malbec y Casillero del Diablo Cabernet Sauvignon, al tratarse del lugar donde se cultivan las uvas que originan a estas mezclas tintas.
Pero también de un bosque que alberga una gran riqueza de flora y fauna, incluyendo especies endémicas que se encuentran en amenaza como la Rana Chilena o el gato guiña. Lo cual, sumado al hallazgo de vestigios arqueológicos precolombinos, transforman a este fundo en una zona que la viña nos invita a respetar y valorar, como parte del compromiso que adquirieron al jugar un rol protagónico en la conservación de este tipo de bosques esclerófilos.