Atender a una cata de vinos lejos de la formalidad sí es posible. Esta es una invitación a aprender sobre vinos, pasándolo bien junto a tus mejores amigos desde la comodidad de tu hogar.
Más allá de las experiencias más formales que ocurren en el mundo del vino, sobre todo aquellas que involucran a los profesionales del rubro, el vino es un producto hecho para disfrutar. Es una bebida que se debe a sus consumidores para acompañarlos en momentos de placer, de relajo y otros no tan alegres también.
Sin embargo, queremos enfatizar en la posibilidad de crear una cata de vinos en casa para aprender más con una experiencia menos formal y mucho más cercana a la diversión. Sigue este paso a paso para hacer una cata de vinos en casa:
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Buenas copas de vinos
Antes que los invitados, el elemento más básico para este encuentro son las copas. Sin copas, no hay cata. En ellas serviremos el vino y si queremos que los participantes puedan apreciarlo con todas sus cualidades, el tipo y calidad de copas sí importa. Invierte en un set de copas de buena calidad, idealmente de marcas como Riedel o Zalto. Escoge un modelo universal, así podrás usar la misma copa para vinos blancos, rosados, tintos y espumantes.
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Que no falten los accesorios
Una vez listas las copas, no olvides tener a mano accesorios como un buen sacacorchos, cubeteras para enfriar los vinos, agua para beber y en caso de que quieras hacer la cata a ciegas (sin que los participantes sepan de antemano frente a qué vino están), unas bolsitas de genero para cubrir las etiquetas le dará suspenso y más diversión a esta experiencia. Además, no olvides tener escupideros para quienes no quieran beber todo el vino. Hojas de papel y lápiz para hacer anotaciones sobre las notas de cata también son necesarias.
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Los invitados
Te recomiendo un grupo de entre 5 y 7 personas. Primero, porque siempre son mejores los grupos de números impares. Segundo, porque si es mucha gente la cata se puede desordenar y, si bien la idea es divertirse, también hay que hacer que funcione. Mantener un grupo íntimo ayudará a que los invitados realmente puedan enfocarse y sumergirse en esta experiencia. Recuerda que, además, ¡uno de ellos (idealmente tú la primera vez) deberá jugar el rol de sommelier!
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La selección de vinos
Una muy buena forma de organizar los vinos es tener una temática. Considerando que en el mundo del vino las etiquetas son casi infinitas, la temática te orientará y mantendrá alineados los vinos. Una opción es hacerlo por cepa, otra por país, o incluso más enfocado en un lugar y orientado sólo a un valle. Si lo hicieras por la cepa Carmenère, por ejemplo, podrías escoger un vino de alta gama como Carmín de Peumo, luego Marques de Casa Concha Carmenère, Gran Reserva Carmenère y Casillero del Diablo Carmenère. Lo bueno de la temática es que además de guiar la cata en sí, también ayuda a guiar el proceso de compra. Ya sea que los compre el anfitrión o los invitados. Cuando los invitados aportan una botella cada uno, otro referente es entregar un margen de precio por botella. No olvides poner las botellas rápidamente en las bolsas de género para que nadie adivine el vino de antemano.
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Que nunca falte comida
Beber vinos rápidamente llama a comer algo… tanto para limpiar el paladar como para satisfacer nuestro estómago. Otras veces, también para jugar y probar con interesantes maridajes. Si bien la idea no es “contaminar” el paladar con muchos sabores al mismo tiempo, dijimos que se trata de una cata informal por lo que cualquier tabla de quesos, frutos secos o sanguchitos, serán muy bienvenidos por tus amigos.
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Pasarlo bien
Pon música que te guste, ten la mesa lista con todos los accesorios y prepárate para pasar un tiempo entretenido con tus amigos. Más allá de que adivinen los vinos o no, la idea es que los disfruten. Poco a poco el paladar se irá entrenando y tal vez lleguen a la conclusión de que esta deba ser una reunión semanal o mensual.
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