En San Valentín, los regalos más comunes para nuestros seres queridos suelen ser vino y chocolate. Y cómo no, si son ingredientes perfectos para despertar los sentidos y endulzar el alma. La paradoja es que, a la hora de disfrutarlos juntos, esta combinación es bastante desafiante.
Resulta que, en general, el contenido graso de los chocolates recubre demasiado nuestro paladar y tapa los sabores del vino. También ocurre que los chocolates de leche suelen chocar con vinos muy secos (sin dulzor). O que la mezcla de un chocolate amargo con un vino tinto seco y de cuerpo robusto, exacerbe la presencia de taninos en nuestra boca (porque el chocolate también tiene taninos), volviéndose amargo y ácido en el paladar.
¡Pero no te asustes! Solo queremos que estés al tanto de las posibilidades, y así ayudarte a escoger las opciones más adecuadas. Porque cuando la selección de chocolate y vino es la correcta, puede transformarse en una experiencia estimulante.
Chocolate amargo con Malbec
Como mencionamos anteriormente, los vinos con un poco de azúcar residual pueden ayudar a suavizar el amargor de los taninos de un chocolate con alto contenido de cacao (al menos un 35%). En este caso, algunas opciones para irse a la segura son el Oporto o un Late Harvest. Pero si quisieras hacer la prueba con un tinto, Casillero del Diablo Reserva Malbec, es un vino de entrada dulce, que lo transforma en el candidato ideal para maridar una barra de chocolate amargo.
Chocolate de leche con Viognier o Pinot Grigio
Si prefieres los chocolates más dulces, con un importante contenido de crema y un nivel de concentración de cacao menor, estos funcionan muy bien con vinos blancos aromáticos y ligeramente dulces como Casillero del Diablo Viognier, Casillero del Diablo Pinot Grigio o un Gewürztraminer. O si buscas un tinto, vinos de variedades frutosas y de cuerpo medio como un Merlot o espumantes dulces son excelentes opciones también.
Chocolate blanco y Sauvignon Blanc
Porque básicamente no contiene cacao sólido, sino que es una mezcla de mantequilla de cacao, azúcar y productos lácteos como la leche, el chocolate blanco es muy dulce, de textura cremosa y sabor sutil. Por esto, es que vinos blancos livianos y secos pueden ser un buen contrapunto para refrescar el paladar. Una idea es maridarlo con un Riesling seco, y la otra es con una copa de Terrunyo Sauvignon Blanc.
Es importante mencionar que al igual que los vinos, cómo se hace el chocolate es igual de importante que su origen. Y que los grandes terroirs del cacao son Venezuela, Ecuador, Madagascar, Vietnam y Perú.
Esperamos que estos datos te ayuden a escoger mejor tu próximo maridaje de chocolate y vino. ¡Feliz San Valentín!