Por mucho tiempo se ha dicho que las distintas copas de vino son uno de los accesorios imprescindibles a la hora de beberlos, pero ¿qué hay de verdad en esto? Antes que todo, me gustaría invitarte a que la próxima vez que abras una botella, hagas el siguiente ejercicio: sirve un poco de vino en la copa (de vidrio o cristal) que sueles utilizar y sirve otro poco en un vaso plástico. Primero, bebe de la copa de vidrio y luego de la de plástico ¿Notas alguna diferencia?
Aprendí este ejercicio hace algunos años cuando fui invitada a una “cata de copas” (sí, este tipo de catas también existe) de la reputada marca de copas, Riedel.
Desde su fundación en 1756 en Republica Checa, han buscado demostrar que el tamaño y forma de la copa influyen directamente sobre la percepción del aroma y el sabor del vino. Con la ayuda de grandes enólogos y sommeliers del mundo, desarrollaron una copa prácticamente para cada cepa. Para un Sauvignon Blanc sin madera, como por ejemplo es Terrunyo, ellos proponen usar la copa Riedel Winewings Sauvignon Blanc.
Cada copa Riedel dirige el vino hacia las zonas gustativas adecuadas del paladar, pero el punto inicial de contacto con el vino depende de la forma y el volumen de la copa, del diámetro y su acabado. Y que ellos desarrollaron para cada cepa ¿Funciona? La verdad es el vino en una copa de plástico es prácticamente insípido y con escaso aroma, mientras que beberlo en una copa Riedel es un salto cuántico. Sus aromas y sabores se aprecian mucho mejor.
La famosa crítica de vinos Jancis Robinson, no estaba muy de acuerdo con la idea de tener una copa para cada vino. Su principal razón era el espacio que se necesita para guardar tantas copas diferentes y la complejidad a la hora de distinguirlas. Fue en 2017 cuando fue abordada por el artesano Richard Brendon, quien famoso por su trabajo en la creación de vasos de whisky y loza, le propuso a Robinson colaborar en el desarrollo de copas de vino. Tras darle vueltas a la idea y a sus preferencias, le dijo que bueno. Pero que desarrollarían sólo una. Pues para ella nunca había tenido sentido usar una copa más pequeña para el vino blanco. “Algunos blancos son más aromáticos que los tintos, pero muchos blancos son igual de sutiles que el vino tinto promedio. Entonces necesitan estímulo a través de una copa más grande para expresarse. Además, ¿quién dice que deberíamos beber menos cantidades de vino blanco que tinto?”, explica Robinson en su sitio web. Ella quería una copa que también se pudiese limpiar en el lavavajillas, con al menos capacidad para 125 ml, de pie suficientemente alto para no añadirle temperatura al vino y de borde “tan fino como una gasa”. Así fue como nació la copa Jancis Robinson x Richard Brendon. A la colección, también agregaron un vaso para agua y dos decantadores: uno para vinos jóvenes y otro para vinos de guarda.
La preferencia de Jancis Robinson probablemente es la de la mayoría de la gente. Sin considerar, por supuesto, a los fanáticos que aman los accesorios.
Un estudio desarrollado en 1999 por Ulrich Fischer, quien junto a colegas cató 4 vinos diferentes en 10 copas que variaban en altura, apertura y diámetro, para analizar los efectos de las copas en el aroma, es el principal conocimiento que hasta ahora se aplica a las copas de vinos y sus sensaciones. De hecho, a raíz de este estudio nació la Copa de Vino Universal que ha sido desarrollada por distintas marcas. Una de ellas, ovacionada por los expertos, es Zalto Denk’Art Universal Glass.
Elegante, de pie fino, muy liviana pero sólida, su desarrollo estuvo influenciado por los ángulos de inclinación de la Tierra: 24 °, 48 ° y 72 °, que dan origen a la inclinación de los cuencos de sus copas. Y es que los antiguos romanos descubrieron que, si utilizaban estos ángulos en contenedores de suministros, estos se mantenían frescos por más tiempo y mostraban un mejor sabor. Si bien Zalto también tiene copas para cada cepa, el modelo Universal Glass se recomienda para todo tipo de vinos, aunque funcionan especialmente bien en aquellos vinos de gran volumen que son expresivos, pero que también muestran mineralidad y un carácter redondo ya que esta copa acentúa su complejidad y finesa. Como, por ejemplo, son Carmín de Peumo, Amelia Chardonnay, un riesling o Gravas Cabernet Sauvignon.
Ahora que nos acercamos a Navidad y Año Nuevo, es común que brindemos con espumantes. Pero, aunque no lo creas, la copa tipo flauta ha perdido popularidad. Si bien es reconocida por preservar mejor las burbujas, la verdad es que al ser tan cerrada no ayuda a expresar los aromas. Si es que no las tienes en casa no te preocupes, la Copa Universal funciona de maravillas.
Ya lo sabes, opciones hay para todos. Pero para disfrutar bien de tus vinos, basta solo una buena copa. O dos, si es que tienes compañía.