Porque este 11 de junio se celebra el Día Internacional del Vino Rosé, es que quisimos esclarecer algunas dudas que surgen cuando se trata de este estilo de vinos. Uno que, por cierto, es mucho más que un refrescante vino de verano. Muy fácil de beber pero bastante complejo de hacer, el rose ha ido tomando más importancia en los últimos 20 años.
Es una mezcla de vino tinto y vino blanco
(FALSO) Este es probablemente el mito más popular que ronda en torno al vino rosé, y no tiene más que ver con la desinformación que existe sobre su proceso de vinificación. Producto de su color rosado traslúcido, muchas personas creen que se debe a una mezcla de vinos claros y oscuros. Sin embargo, su color es el resultado de uvas tintas que son prensadas para extraer su jugo y dejarlo en contacto con sus pieles (que tienen el pigmento) por un periodo muy breve que no suele pasar de 24 ó 48 horas. Aunque existe la excepción del Champagne Rosado, cuya legislación permite mezclar vino blanco espumante con vino tinto.
Tiene aromas a flores, melón y apio
(VERDADERO) Los aromas y sabores del vino rosé estarán relacionados a las variedades de uva con que se elabora. Entre las más comunes están el Cinsault, Syrah, Grenache, Mouvèdre, Carignan, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Zinfandel. Así, entre sus aromas primarios es posible encontrar notas a frutas rojas como la frutilla y las guindas, cítricos como la lima, flores y melón, con ciertos toques refrescantes que recuerdan al apio o al ruibarbo.
No puede ser envejecido en barricas
(FALSO) No podemos negar que lo primero que llama la atención del vino rosado es su color. Pero luego, siempre se espera que refresque el paladar con su acidez y estilo crujiente, el cual se logra fermentando el vino en estanques de acero. Sin embargo, esto no quiere decir que no existan rosé criados en barrica. En 2006, Chateau d’Esclans produjo por primera vez Garrus, un rosé con fermentación y guarda en barrica que abrió un abanico de posibilidades para estos vinos. Sobre todo, por la profundidad que adquieren sus aromas y sabores, es un estilo más gastronómico. Ahora, la mayor parte de la oferta se trata de vinos rosados jóvenes para beber no más allá de uno o dos años.
Se hacen con uvas de mala calidad
(FALSO) De hecho, se necesita lo contrario: uvas de máxima calidad, en perfecto grado de madurez y bajo condiciones sanitarias óptimas. Primero, porque la mayoría de las veces los rosé buscan resaltar la expresión de los aromas primarios de sus uvas sanas. Y segundo, porque los vinos rosados son más delicados y complejos de hacer, de modo que necesitan de mucha precisión y experiencia por parte del enólogo.
Mientras más pálido es su color, mejor es el vino
(FALSO) Ese color asalmonado pálido que caracteriza a los vinos de Provence como también a Marques de Casa Concha Cinsault Rosé 2020 o Rosé Concha y Toro 2019, es producto de que el jugo las uvas tiene muy poco o nada de contacto con sus pieles. Y si bien los vinos de Provence son admirados a nivel mundial, eso no quiere decir que vinos con tonos más oscuros sean inferiores en calidad. La calidad la determina el tipo de uva, el viñedo, el tiempo de la cosecha y las técnicas que utilice el enólogo.
