Generalmente confundido con el Cabernet Sauvignon e históricamente utilizado en las mezclas bordelesas tintas, la verdad es que el Merlot cuenta con características que lo transforman en una de las variedades tintas favoritas, por su versatilidad en la mesa y final suave en el paladar.
Sin embargo, su suerte no ha sido del todo buena. En el caso de Chile, en particular, en 1994 un ampelógrafo francés descubrió que gran parte de las parras que eran catalogadas como Merlot, en realidad eran otra cepa bordelesa: Carmenère. Mientras que, a nivel mundial, muchos consideran que la película Sideways (2004) le creó una mala reputación al Merlot, promoviendo a su vez el consumo del Pinot Noir.
Aunque en la actualidad la historia se ha revertido. De hecho, este pasado 7 de noviembre se celebró el Día del Merlot, una ocasión que amerita que te contemos más sobre las cualidades y virtudes de esta cepa que, por cierto, entrega vinos deliciosos.
Su sabor
El Merlot se caracteriza por su textura suave en el paladar dado por sus bajos niveles de taninos. Tiene acidez moderada y un tremendo carácter frutal. De final sedoso, sus sabores y aromas pueden variar entre frutos negros, chocolate y algo de especias, hasta notas a grafito, ciruelas, guindas, hierbas y violetas. Es un vino seco, de cuerpo mediano a robusto, aunque también varía dependiendo del clima de donde provenga.
En climas fríos como Chile o Francia, se caracteriza por vinos de mayor estructura y taninos firmes, con sabores terrosos, a veces entregando notas que recuerdan al tabaco e higos. Marques de Casa Concha Merlot, del Valle del Maule, es un gran ejemplar de este estilo, que destaca por sus aromas a zarzaparrilla negra, berries silvestres, ciruelas y especias, con un agradable toque a vainilla, moca y madera que aporta complejidad.
Mientras que, en climas más cálidos, como Argentina, Australia y California, el Merlot tiende a dar vinos más frutosos, un poco menos estructurados que por eso suelen tener guarda en madera. Entre sus aromas pueden destacar la frambuesas, guindas y especias como el clavo de olor, además de aquellos dados por la madera como la vainilla, el coco y el chocolate.
Su color
El Merlot, cuando joven, suele tener un color rubí azulado que es menos intenso que el Cabernet Sauvignon pero más fuerte que el tono de un Pinot Noir. Pero a medida que envejece, este pierde tonalidad y comienza a tornarse a color rojo teja.
Merlot vs Cabernet Sauvignon
Debido a que ambas cepas se complementan muy bien, es que tradicionalmente se utilizan juntas en mezclas tintas. Por la gran cantidad de taninos que tiene el Cabernet, el Merlot siempre le viene bien aportando su lado frutoso y dulzor. Gravas del Maipo Cabernet Sauvignon, por ejemplo, tiene un 2% de Merlot, es un vino muy elegante que vale la pena probar.
Pero al mismo tiempo, vale la pena hablar sobre las particularidades que las diferencian. Ya sabemos que el Merlot es más frutoso y que tiene menos taninos. Por lo mismo, se siente más dulce en el paladar, con menos volumen y a veces un tanto menos complejo que el Cabernet Sauvignon. Razones por las cuales también suele ser más económico que el Cabernet.
Maridaje con comidas
Uno de los mayores atributos del Merlot es su versatilidad a la hora de acompañarlo con comidas. En el caso de aquellos Merlot jóvenes, frutosos y muy fáciles de beber como Casillero del Diablo Merlot, de cuerpo mediano, taninos amables, aromas a chocolate, ciruela, moras, toques a vainilla y humo, que puedes servir con infinitas variedades de pizzas, pastas, hamburguesas, carnes rojas o blancas.
Mientras que ejemplares un poco más robustos, como Marques de Casa Concha Merlot, son perfectos para acompañar comidas un poco más intensas como Carnes a la cacerola, Filete con salsa de pimienta, Pato asado, setas salteadas, quesos e incluso Pescados a la crema.