Concha y Toro

Francisca Jara 23/08/2023

Todo sobre el vino

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Antes de beber y oler un vino, la primera fase de una cata consiste en observar con detención su apariencia en la copa. Hablamos de la fase visual, imprescindible para obtener más pistas sobre lo que vamos a disfrutar.

En el mundo del vino, las degustaciones son tan importantes como necesarias para aumentar nuestra capacidad de apreciación. A través de ellas podemos examinar en detalle y obtener información inicial sobre el vino, y luego confirmar con la fase olfativa y gustativa.

Gracias al análisis visual, lograremos determinar aspectos básicos como, por ejemplo, si bebemos un vino tinto, rosado o blanco. También sabremos si se trata de un vino joven o maduro, si su textura es ligera o densa (lo cual dará pistas sobre sus niveles de azúcar y alcohol) y, además, si es un vino tranquilo o espumoso.

Ya sabes, antes de hacer girar el vino en la copa y olerlo, obsérvalo. Idealmente contra un mantel o una hoja de color blanco, para identificar mejor su color, su claridad, fluidez y perlado.

El color

Es muy fácil clasificar un vino según su color, es decir, si es blanco, tinto o rosado. Pero al detenernos más en el color de su ribete (la porción de vino que toca el borde de la copa) y sus matices, podremos obtener información sobre la edad del vino.

En el caso de los vinos tintos, a medida que envejecen, sus matices van desde el color rojo rubí, el granate, el naranjo hasta el rojo teja. Es decir, mientras más tonos color rojo teja tenga el vino, querrá decir que más añejo está. Al mismo tiempo que un tono violáceo indicará que se trata de un vino más joven. Lo interesante del color es que además puede mostrar qué variedad de uva tenemos al frente, aunque este también podría verse influenciado por procesos como la maceración. Los vinos de color rojo intenso, por ejemplo, indican que tuvieron una maceración más prolongada. En otros casos, los vinos más oscuros como un Terrunyo Malbec, podrían indicar que se proviene de un clima cálido (en este caso del Valle de Uco, en Mendoza).

Para los vinos blancos, cuanto más brillante y vivo sea su color, indicará que se trata de un vino más joven. Generalmente un vino de color amarillo pajizo a verdoso no muy intenso, es sinónimo de un vino joven y cuyo contacto con la piel de las uvas fue mínimo. Mientras que aquellos con un color ámbar o más opaco pueden indicar que el vino ya tiene más edad. Los que tienen un color amarillo brillante más profundo, también son sinónimo de vinos con guarda en barricas de madera como Amelia Chardonnay, con 12 meses de guarda en barricas de roble francés. Luego los colores dorados, hablan de cosechas tardías como Concha y Toro Late Harvest Sauvignon Blanc.

Claridad

Otro atributo que se evalúa en la fase visual es la claridad o transparencia del vino, que dependerá de las partículas, azúcar residual o lías presentes en el vino. La mayor parte del tiempo, los vinos pasan por procesos de filtrado y clarificación para que estos sean transparentes y brillantes al momento de beberlos. Dicho esto, si un vino se observa turbio en la copa podría ser sinónimo de una calidad deficiente, pero esto se comprobará en la fase olfativa. Y es que hay vinos que no pasan por estos procesos, como es el caso de los vinos naturales, y aún son de buena calidad. También ocurre con vinos tintos maduros, que comienzan a generar sedimentos que no son sinónimo de mala calidad, sino que de edad.

Mientras que, en el caso de los blancos, si el vino se nota un poco brumoso, puede ser indicador de que hay un poco de azúcar residual, levaduras producto de una segunda fermentación o lías (que hablan de un vino con mayor volumen en boca).

Fluidez

En este punto se evalúa la consistencia del vino y se examina haciendo girar el vino en la copa para ver cómo es que las gotas (conocidas como lágrimas o piernas) luego caen por la pared de la copa. Si el vino es muy líquido y cae rápidamente, sin dejar una capa aceitosa, significa que es un vino ligero y de menos estructura. Mientras que uno que cae más lento, que parece espeso, habla de estructura y calidad, como ocurre con Carmín de Peumo. Luego, mientras más piernas tenga el vino significa que el vino tiene más alcohol.

Perlado

Por último, si estamos frente a un vino con burbujas como Subercaseaux Grande Cuvée, estas indicarán que se trata de un espumoso. Y a través del análisis visual de las burbujas (su tamaño, cantidad y persistencia), también se puede saber la calidad del espumante. Pero a este tema le dedicaremos un capítulo aparte.

Ya sabes, tomarse no más de 10 segundos antes de beber el vino para analizar su fase visual, es un ejercicio que vale la pena hacer de esta experiencia aún más excitante.

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