Terroir, esta combinación única de lugar, variedad y trabajo humano, que define el estilo del vino. Sabemos que uno de factores más importantes es el clima, pero ¿cómo influyen específicamente estas condiciones en los vinos?
Los meteorólogos definen el clima y sus componentes como los parámetros y variaciones de: temperatura, precipitaciones (lluvia, nieve, hielo) y masas de aire de un lugar determinado. Estos dependen de la cercanía del trópico o círculo polar, además de la presencia de masas de agua (como mares, lagos y ríos) o fronteras de aire (cordilleras).
En el mundo del vino hablamos de vinos de clima frío o clima cálido. Es una generalización, pero permite realizar comparaciones. Anoten: la geología y el suelo del viñedo no son tan decisivos como las diferencias climáticas. La geología, más que todo, es responsable de las expresiones sutiles en las calidades de los vinos dentro de un mismo clima o región.
Las influencias climáticas de una zona influyen en gran medida en el tipo de variedades que se cultivarán, pero también en el tipo de prácticas vitivinícolas. Las parras piden la presencia de sol, calor y agua para su sano desarrollo. Además, la luz (la cantidad de días soleados durante el año) incluso influye sobre la latencia que se produce después de la cosecha, cuando la vid esencialmente se cierra y reserva su energía para el comienzo del ciclo de crecimiento del próximo año.
Igual de importante es la cantidad de lluvia (y la necesidad de riego suplementario). En promedio, una vid necesita alrededor de 710 mm de agua para el sustento durante la temporada de crecimiento .En el Mediterráneo y en muchos climas continentales, el clima durante la estación de crecimiento puede ser bastante seco y requiere riego adicional.
Otros factores climáticos, como el viento y su intensidad, la humedad, como es el caso de la neblina (les invito a leer el artículo sobre el Valle del Limarí y su famosa camanchaca), la presión atmosférica y las variaciones de temperatura (¿recuerdan cuando hablamos sobre la oscilación térmica diaria en Maipo Alto?), pueden definir diferentes categorías climáticas e influir fuertemente en la viticultura de un área.
Vinos de clima frío
El clima frío moldea vinos con cuerpos más ligeros.
Los blancos tienden a ser crujientes, muy frescos, con notas florales y de frutas cítricas. Los tintos se consideran elegantes y con taninos finos, con aromas de fruta roja y notas herbales o florales.
Vinos de clima cálido
Las pieles gruesas de varias cepas tintas garantizan un vino con taninos bien estructurados. Los vinos de climas cálidos generalmente tienen mucho más peso que los vinos de climas fríos. Sus niveles de azúcares se traducen en un mayor contenido de alcohol.Todo esto permite un mayor potencial de guarda.
Los tintos son profundos y potentes, con especias y notas de fruta negra, como cereza y ciruela. La madurez de las uvas también suele otorgarle notas de fruta seca al vino.
Sabemos también del fenómeno de calentamiento global. Teniendo en cuenta que muchos cultivos, incluidas las vides para vino, tienen nichos climáticos relativamente estrechos para una producción y calidad óptimas, incluso pequeños cambios climáticos, podrían plantear numerosos retos.
Afortunadamente, los productores ya han aplicado y seguirán aplicando numerosas adaptaciones, tanto en el viñedo como en la bodega. Uno de los ajustes más obvios es cambiar a una variedad por otra más adecuada para el nuevo clima. Sin embargo, saber cuándo hacerlo para la sostenibilidad a largo plazo será el gran desafío en las próximas décadas.