Concha y Toro

Francisca Jara 30/09/2021

Todo sobre el vino

¿Por qué el vino necesita respirar?

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Aunque el objetivo de esta nota es responder a esta pregunta, primero es importante aclarar que no todos los vinos necesitan decantarse. Pero ¿qué significa decantar? Es cuando trasladamos el vino desde la botella a otro recipiente más ancho, para que entre en contacto con el oxígeno antes de beberlo. Esto sobre todo ayudará a vinos viejos que han estado guardados por muchos años (para, por ejemplo, remover los sedimentos que se alojan al fondo de la botella) y a vinos tintos muy jóvenes, ya que tienen un alto contenido de taninos. 

Sin embargo, el contacto con el oxígeno no sólo se puede hacer a través de un decantador.  Basta servir un poco de vino en una copa y agitarla unas cuantas veces para que a través de un remolino el aire comience a hacer su trabajo. O bien utilizar algunos de los gadgets disponibles en el mercado, como el aireador de vino Coravin. Como sea, lo recomendable es catar el vino primero y luego evaluar necesita ser aireado o no ¿Cómo saberlo? Si a primeras el vino está “cerrado”, es decir, no huele a nada; o, por el contrario, huele a huevo podrido o a caucho. O si es que el vino sabe muy estructurado y concentrado en el paladar, son todos indicadores de que el vino podría beneficiarse del contacto con el oxígeno. 

 

Cómo el oxígeno ayuda al vino

El efecto que causa el oxígeno en el vino, es que este expresa sus virtudes luego de haber estado encerrado en la botella. De hecho, cuando un vino no ha estado en contacto con el oxígeno durante su elaboración, también desarrolla lo que se conoce como “aromas reductivos”. Los cuales son no son más que componentes azufrados que entregan desagradables aromas a huevo podrido (ácido sulfhídrico), ajo (dietil-sulfuro) o repollo fermentado (dimetil-sulfuro), por nombrar algunos. Si es que abres una botella y encuentras alguno de estos aromas, no entres en pánico. Con la ayuda de un decantador o agitando el vino en la copa, deberían desaparecer luego de unos 10 o 15 minutos y desenmascararse los auténticos aromas de la variedad que queremos disfrutar.

Pero el aire no sólo ayuda a eliminar aromas reductivos. También puede ayudar a abrir o suavizar vinos muy potentes como lo son algunos vinos tintos cuando muy jóvenes. Variedades como el Cabernet Sauvignon, Syrah o Malbec, tras entrar en contacto con el oxígeno, verán sus taninos y asperezas suavizadas ¿Quieres hacer la prueba? Te recomiendo que lo hagas con Gravas del Maipo Syrah o Marques de Casa Concha Cabernet Sauvignon.

En tanto que para vinos más grandes y con más cuerpo como Carmín de Peumo, el aire ayudará a que los fuertes aromas de la madera se integren con la fruta y si fuera el caso, con los altos niveles de alcohol. 

Y luego, no podemos dejar de mencionar a los vinos viejos. Aquellos que siempre pensamos en decantar dado el romanticismo que envuelve a este ritual. 

Debido a que están muchos años guardados en la botella, es totalmente normal que desarrollen sedimentos (partículas sólidas): el uso de un decantador evitará que estos lleguen al paladar y así el vino no se vuelva desagradable. Sin embargo, el tiempo que un vino antiguo debe pasar en un decantador es crucial. No lo decantes por horas, ¡o sino este se sobre oxidará y este perderá su especial delicadeza! Uno o dos minutos son más que suficientes. Ahora, si estamos hablando de un vino de alta gama que lleva más de 10 años en la botella, como Don Melchor, entre 30 minutos y una hora está perfecto.

 

Vinos blancos, naranjos y espumantes

Erróneamente se cree que estos vinos no se beneficiarían del contacto con el aire. Pero la verdad es que vinos blancos robustos o vinos blancos fermentados con sus pieles, más conocidos como naranjos, podrían ver sus taninos suavizados o aromas de madera mas integrados. 

 

¿Cuánto tiempo?

El tiempo que un vino entra en contacto con el aire es muy importante, ya que los aromas también podrían desvanecerse en cosa de minutos. Es por esto que el tiempo dependerá del vino, de la añada y de cómo reaccione frente al oxígeno. Lo mejor es probar oxigenando un poco de vino en una copa, ver si se expresa mejor después de algunos minutos y así decidir si decantar la botella completa o no. Verás cómo en un comienzo el vino se abre de manera agradable, pero luego de mucho tiempo los sabores y aromas decaerán.

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