Este ícono de la cocina norteamericana sigue más presente que nunca, reinventándose constantemente. Sobre su origen hay diferentes teorías. Pero de lo que no hay dudas es que su nombre viene de Hamburgo, el puerto alemán que tenía una importante conexión con Estados Unidos, país donde esta receta se hizo tan popular. Hablamos de aquel trozo de carne molida aplastada, servida entre dos panes redondos y con diferentes guarniciones. Aquel que, en su versión moderna y con la influencia del fast food, ahora suele servirse con papas fritas saladas y salsas como kétchup, mostaza y mayonesa. Por su alto contenido en grasas, pero también porque vino y carne son un gran complemento, es que te invitamos a que pruebes los siguientes maridajes.
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Clásica hamburguesa de carne
Una hamburguesa clásica servida entre dos panes esponjosos, con lechuga, tomate, cebolla y sus salsas, siempre funciona bien con un vino tinto que realce los sabores del pan y la hamburguesa. Sobre todo cuando la carne es grillada, ya que necesita de una estructura tánica (o cuerpo) que la soporte y que ayude a equilibrar la grasa. Mejor aún si tiene algo de madera, para que le añada notas especiadas y ahumadas a cada mordida. Piensa en un vino como Marques de Casa Concha Merlot 2017 y Casillero del Diablo Malbec 2019, o también variedades más jugosas como el Grenache funcionan muy bien.
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Hamburguesa con queso
Cuando a la hamburguesa clásica le agregamos pepinillos y queso, la mezcla de sabores ahora se volverá un tanto ácida y más cremosa. Si optamos por un cheddar, será necesario un vino mucho más jugoso y de vibrante acidez como Marques de Casa Concha Pinot Noir. Mientras que, para un queso más denso, un vino con más taninos como Marques de Casa Concha Cabernet Sauvignon 2018 ayudará a limpiar la grasa del paladar para que puedas disfrutar cada bocado sin problemas.
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Hamburguesa con tocino
Otro clásico y favorito de muchos es la hamburguesa con tocino ahumado. Que tal como dice su nombre, aporta notas a humo pero también mucha sal y más textura e intensidad al sabor de la carne. Para esta mezcla se sugiere optar por un vino con características similares a la hamburguesa, es decir, con notas a frutos negros, cerezas y hierbas, aromas cárnicos y taninos de grano fino, como es el caso de Marques de Casa Concha Syrah 2018.
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Hamburguesa de carnes blancas
Cuando se trata de carnes blancas como pollo, pavo o pescado que tienen muy poca grasa, hay que moverse a vinos un poco más ligeros, pero sin perder de vista la acidez. Mejor todavía si es un vino fermentado en barrica, como Marques de Casa Concha Chardonnay 2019 (fermentado en barricas de roble entre 12 y 15 días), ya que le aportara complejidad al vino con un final largo y vibrante. Ideal para acompañar, por ejemplo, una hamburguesa de pollo frito. Si quieres un twist, un vino rosado como Casillero del Diablo Rosé 2020 elaborado a base de Syrah, tendrá un poquito más de estructura como para acompañar hamburguesas de salmón o atún.
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Hamburguesa de champiñones
Una de las versiones vegetarianas más populares dada su textura similar a la carne y por el factor umami, es el uso de setas. Salteadas con bastante pimienta negra, muchas veces acompañadas de cebollas caramelizadas y queso derretido, esta untuosa mezcla es tan deliciosa como se lee. Un vino tinto con taninos suaves, notas terrosas y especiadas, como Casillero del Diablo Pinot Noir 2019, con su fresca acidez, taninos suaves y un gran balance, es un excelente combo para esta hamburguesa.