Concha y Toro

Francisca Jara 28/07/2021

Vino y maridajes

Comida mexicana, un patrimonio de la humanidad

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Por su valor histórico e incuestionable riqueza, la cocina tradicional mexicana es una de las pocas gastronomías que tiene presencia prácticamente en todo el mundo. Lejos del continente americano y más allá de Europa, siempre habrá alguien sirviendo tacos. Sobre todo ahora, en el siglo XXI, cuando “la gastronomía mexicana está llegando a un punto de madurez alcanzando finalmente su propia y plena identidad, que retoma los elementos prehispánicos del respeto a los ingredientes y al producto endémico”, dice el director de Le Cordon Bleu Anáhuac, Luis Javier Álvarez Alfeirán, a revista Forbes

Reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 2010 por la UNESCO, la cocina mexicana es un elemento crucial en la identidad de los mexicanos, entre otras cosas, por su elaboración colaborativa que se apoya de elementos originarios de su tierra, y que se ha expresado creativamente en cada una de sus regiones desde antaño. 

De sabores intensos, característicamente picantes por el uso del chile, destaca por el uso de productos típicos como el maíz, los frijoles, el jitomate (variedad de tomate rojo), camote, aguacate, el cacao y la calabaza, en cuyas preparaciones también tuvo mucha influencia la cocina española. Además de especias como el achiote, el cilantro, la canela y la hierbabuena.

Estos son algunos de los platos más típicos de la cocina mexicana ¿Cuál elijes tú?

 

  • Cochinita Pibil

Ph: Instant Blog

Este plato típico de la zona de Yucatán, cuyo nombre deriva de la lengua maya (donde “pib” significa “enterrado” o “cocinado bajo la tierra”), es a base de cerdo adobado en achiote y envuelto en hojas de plátano. Se cocina al horno y se caracteriza por su riquísima sazón y color rojo dado por el achiote (un condimento que los aztecas también utilizaban como colorante natural), además de cebolla, jugo de naranja, ajo, pimienta, comino, canela y vinagre. Suele acompañarse de tacos y frijoles negros. Además de su increíble color, su inconfundible sabor lo transforman en un plato imperdible cuando se trata de conocer esta gastronomía. Si es que andas de viaje o te aventuras a preparar esta receta en casa, te recomendamos servirla junto un vino versátil como Marques de Casa Concha Rosé. Debido a las especias, cebolla y picante de este plato, se necesita un vino de acidez balanceada que resalte los sabores y no se vea opacado por los sabores intensos.

 

  • Moles

Mas que un plato, los moles son salsas que se sirven para acompañar carnes y se caracterizan por su intenso sabor dada la mezcla de distintos chiles, especies aromáticas, semillas, frutos secos y a veces también, cacao. Las formas de hacerla son muchas y dependerá del lugar de origen…por lo que se creen que sus versiones son incontables. Sin embargo, siempre son salsas complejas que necesitan de un vino a la altura. Si son moles muy oscuros, picantes y especiados como el Mole Negro de Oaxaca, un vino tinto robusto con sabores a frutos negros como Terrunyo Carmenere, es un buen acompañante. Mientras que, para un Mole Rojo, un vino con notas a frutos rojos como Gravas del Maipo Syrah puede funcionar muy bien.

 

  • Tamales

Otro plato muy popular que es fácil de encontrar en las calles de México, son los Tamales. Se trata de una masa de maíz cocida, envuelta en la misma hoja del maíz o de plátano, y que puede ser rellena con carne, mariscos, vegetales o frutas. Es decir, su sabor puede ser salado como dulce. Si bien se preparan todo el año, los tamales son muy populares de comer el 2 febrero en el “Día de la Candelaria”. Independiente de su relleno, una masa untuosa generalmente anda muy bien con vinos blancos con buena acidez y algo de cuerpo. Por lo cual te recomendamos probarlos con Amelia Chardonnay proveniente del Valle de Limarí. Esta combinación podría ser aún más exitosa si la probases con los Tamales dulces de Piña. 

 

  • Quesadillas con guacamole

Ph: Isabel eats

La quesadilla es otro de los antojitos mexicanos que surgió tras el mestizaje con la cultura española. Aunque sobre sus orígenes se dice que estas tortillas de maíz o de harina de trigo podían ser rellenas con cualquier cosa, sobre todo dulce, hoy lo que más abunda dentro de una quesadilla es queso grillado. Suelen acompañarse de salsa, cebolla o del típico guacamole (mezcla de aguacate, tomate, cebolla, cilantro, chile verde y jugo de lima). Ya que el queso y el aguacate son grasosos, se recomienda disfrutar de estas quesadillas junto a un vino de rica acidez y con notas cítricas capaces de soportar la intensidad de los sabores del cilantro y la cebolla. Por lo que te recomendamos Casillero del Diablo Pinot Grigio

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